El presidente Alberto Fernández presentó este jueves la oferta de reestructuración de la deuda externa argentina con una quita del 62% del capital y tres años de gracia para pagar, lo que marca el inicio de las negociaciones para evitar un nuevo default.
Durante el anuncio en la Quinta de Olivos, donde también estuvieron la mayoría de los gobernadores y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, estas fueron las principales definiciones del mandatario:
-Nos propusimos hacer lo mismo que hicimos con Néstor (Kirchner) en el 2003, cuando nos hicimos cargo del Gobierno, que heredamos una situación de default explícito, esta es de default virtual.
– Mi discurso del 1ro de marzo parece viejísimo, no quedó nada de ese país. Pero en aquel momento hice una gran reivindicación a la palabra y al compromiso que se asume. Lo que estamos comprometiéndonos hoy es algo que la Argentina puede cumplir. No estamos firmando cheques en blanco ni papeles que no vamos a poder cumplir.
– Nos propusimos que el pago de la deuda y asumir obligaciones con el mundo financiero no suponga más postergaciones para argentinos que la están pasando definitivamente mal y son nuestra prioridad como gobierno.
– Nos propusimos ser serios, no aprovechar ni siquiera la coyuntura del coronavirus, que ha dado vuelta la economía del mundo, para dilatar la situación de este problema.
– Sabemos que tenemos un problema que resolver y nosotros, con la misma buena fe que encaramos este debate con los acreedores, lo seguimos llevando adelante. Y aún en estas circunstancias tan adversas seguimos proponiendo una solución.
– Deuda sostenible para nosotros es que no postergue a la Argentina, que podamos pagarla sin postergar las necesidades que Argentina tiene y que se han incrementado por la debacle de la pandemia.
– Hoy estamos dando un paso muy importante de cómo queremos construir la Argentina del futuro. Tal vez esta sea para comenzar a construir un nuevo país, uno más justo, solidario, más igual y realmente federal.
– Es tan enorme la crisis que tenemos la oportunidad de barajar y dar de vuelta y empezar a hacer las cosas de otro modo. Tanta desigualdad irrita y lastima los más elementales sentimientos de solidaridad.
– Lo que más necesitamos ahora es que, así como estamos unidos contra la pandemia, estemos unidos a la hora de resolver el problema de la deuda.