Integrantes de la Federación de Viñateros y de la Asociación de Viñateros Independientes, ambas de San Juan, junto a José María Llaver, dirigente de los Viñateros del Este, de Mendoza, todas muy representativas en la región, salieron a criticar con duros términos a la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) porque “no cumplió” con los objetivos para los que fue creada. Hicieron referencia a la caída en el consumo del vino y al poco crecimiento de las exportaciones del sector, que la entidad se comprometía a mejorar. Incluso propusieron que se elimine el organismo.

En el caso de la Federación de Viñateros, que conduce Eduardo Garcés, resolvieron en una asamblea realizada días atrás, enviarle una nota al ministro de Producción de la Nación, Dante Sica, pidiéndole directamente que se disuelva la Coviar, bajo el argumento de la necesidad de achicar el gasto publico y porque no están satisfechos con la tarea realizada por el organismo.

“Solicitamos a usted, ante el próximo vencimiento de la Ley de Coviar y la planificación del Plan Estratégico Vitivinícola (Pevi) 2020 y, en un total acuerdo, con la política del Gobierno Nacional de achicar reparticiones del Estado, la no renovación de esta Institución ya que significa un gran gasto para el Estado y para los productores, y sin resultados positivos a la vista”, dice uno de los párrafos más significativos de la nota.

La polémica por el rol de la organización no es nueva e incluso se coló en la discusión política en la previa a las elecciones. Es porque, en el caso de Mendoza, el intendente de Junín y precandidato a vicegobernador de esa provincia por la UCR, Mario Abed, dijo en declaraciones al diario Los Andes, que “ha sido una experiencia fallida. No es posible continuar con este modelo de transferencia de parte de los productores a la Coviar, donde recibió unos 96 millones de pesos del sector, además de lo que aportaron los estados provinciales y el nacional”.

Pero el que fue más duro fue el dirigente de los Viñateros del Este de Mendoza, Llaver, quien en un audio que pidió viralizar y que reprodujeron los medios de la vecina provincia, expresó que “estos tipos han fracasado y resulta que ahora tienen el tupé de hablar. Son los responsables de la hecatombe vitivinícola de Mendoza: son la Coviar, el Fondo Vitivinícola y todos sus adláteres que han pululado estos años en esas entidades”.

“Los que defienden a la Coviar y al Fondo Vitivinícola son unos caraduras”, sostuvo y agregó que “el objetivo era aglutinar a los productores, aumentar el consumo per cápita de vino y exportar 2.000 millones de dólares. Pero la realidad es que no se llega a los 850 millones de dólares de exportación, el consumo estaba en 32 litros y ahora está en 18 y los productores están desapareciendo”.

Precisamente uno de los argumentos que esgrime la Federación de Viñateros de Garcés es la fuerte caída en el consumo del vino y a que no repuntan las exportaciones. Esto se da en un contexto particularmente difícil para los viñateros porque hay un bajo precio de la uva y las bodegas han sido reticentes a adelantar dinero para la cosecha y el acarreo, como lo hacían habitualmente. Al punto que los gobiernos de ambas provincias tuvieron que salir con operativos para la compra de uva en un intento por tonificar el mercado. El panorama se agrava por la existencia de stock vínico, que también tira para abajo los precios.
Ramos, de los Viñateros Independientes, también se sumó a las críticas al manifestar que “la Coviar no tiene una conducción equilibrada porque siempre hizo falta una mayor participación de los viñateros”.

La Coviar (ver aparte), se nutre del aporte de la industria del vino que paga 3 centavos por litro de vino o mosto elaborado, 2,5 centavos por litro de vino fraccionado, 15 centavos por litro de vino despachado al mercado interno y 2,5 centavos por kilo de uva ingresado a un establecimiento para consumo en fresco o pasas. 
 

Situación

Los viñateros se quejan de que la Coviar no ha contribuido a mejorar la situación del sector, en un contexto de bajos precios de la uva y del vino y de caída de las exportaciones. “Recibe millones de pesos al año y la actividad no mejora”, sostienen en las entidades del sector.

 

El organismo

La Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) es un organismo público-privado que gestiona y articula las acciones necesarias para cumplir con los objetivos del Plan Estratégico Argentina Vitivinícola 2020 (Pevi), asumiendo el desafío de transformar el sector vitivinícola y potenciar, con visión estratégica, sus fortalezas y oportunidades en el mercado global del vino, del jugo concentrado de uva, de las pasas y uvas de mesa, dice el organismo en su página web.

Promueve la organización e integración de los actores de la cadena productiva, la innovación de productos y procesos que acrecientan el valor agregado del sector, con la finalidad de ganar, mantener y consolidar mercados externos, consolidar el mercado interno argentino y lograr el desarrollo sostenido del sector.

 

Las críticas de los productores

 

EDUARDO GARCÉS – Federación de Viñateros

“La Coviar no ha cumplido ninguno de los objetivos para los que fue creada, es decir aumentar el consumo de vino e incrementar las exportaciones. Por eso hemos pedido por nota al ministro Sica directamente la disolución del organismo. Y a esto no lo digo solamente yo, está avalado por una asamblea de los productores y por el resto de los integrantes de la comisión directiva de nuestra institución. No puede ser que sigamos sosteniendo su funcionamiento”.

JUAN JOSÉ RAMOS – Viñateros Independientes

“Cómo está, la Coviar no cumple el papel que necesitamos los productores. Hace falta un organismo, como el que funciona en el ámbito de la producción de yerba mate, que haga respetar la rentabilidad en toda la cadena de producción. En cambio, la Coviar no tiene buena promoción y tampoco estamos integrados todos los sectores. Todas las medidas han sido para favorecer a las grandes industrias y por eso sostenemos que para seguir actuando así mejor que no siga”.

JOSÉ MARÍA LLAVER – Viñateros del Este

 

“Son unos caraduras, irrespetuosos, mal predispuestos e irreverentes. Estos tipos no tienen destino y como ahora ha salido alguien que les va a sacar la teta, los 92 millones que les saca a las bodegas y los millones de dólares que recibe de la Proviar y del Gobierno nacional para que la industria esté destruida. Cuando se creó, en 2004, desde la Asociación de Productores en Acción presenté un recurso de inconstitucionalidad y en una primera instancia nos dieron la razón”.