Lo que hasta hace poco parecía una mera utopía, está cerca de convertirse en realidad. En el Centro de Desarrollo Tecnológico San Juan TEC están trabajando en una unidad de cultivo automatizada. Es decir, una chacra o huerta que evolucione como fábrica de alimentos en galpones totalmente cerrados, con iluminación y clima artificiales. Se trata de simular todos los factores que intervienen en el desarrollo de un vegetal pensado para alimento, de hacerle cree a la planta lo que uno quiere.

 

Este proyecto tiene por objetivo independidarze de los factores climáticos y riesgos de pestes y malezas, por la forma en la que se trabaja y hacerlo en ambientes controlados que permitan una producción constante si se manejan las variables del clima dentro de un entorno cerrado.

 

"Ese es un movimiento que en el mundo está creciendo mucho. Se trata de desarrollar cultivos en centros urbanos, edificios completos o galpones que se dedican a producir alimentos en forma controlada y con un ajuste más científico y más ordenado en cuanto a las variables de la producción. Eso le da una certeza muy grande al productor y al mercado de que los productos van a estar en tiempo y forma", dijo Alejandro Moreno, secretario de Políticas Económicas dentro del Ministerio de Producción, a DIARIO DE CUYO.

 

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La idea es poder trabajar dentro de contenedores y crear una pequeña huerta con rendimientos importantes y llevarlos a zonas donde hay problema de producción porque el clima es complejo por tratarse de zonas desérticas, secas. Producir en esas condiciones suele ser complejo.

 

"El desarrollo de esta tecnología tiene que ver también con ese concepto social de poder resolver algunos temas que hoy en día implican inversiones más grandes y con ciertas incertidumbre. Si podemos producir hortalizas dentro de un contenedor de manera ordenada se puede resolver el problema alimenticio de una zona donde no es propicia la producción", agregó Moreno.

 

Para que el proyecto que actualmente está en una fase experimental sea posible, se utilizan drones de diagnóstico por imágenes para cultivos, impresiones 3D y servicio de asistencia a emprendimientos para la generación de prototipos. También está la parte de trazabilidad y los desarrolladores de software y riego inteligente.

 

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José Zabala, uno de los jóvenes que intervienen en el proyecto que podría ver sus primeros frutos a fin de año, destacó la importancia del diseño, ya que no sólo se podrá cultivar en zonas inhóspita, sino que San Juan podría llegar a tener plantaciones actualmente imposibles, como las frutillas.