El envase llamado Bag in Box lo vi por primera vez en San Juan a inicios de los años noventa en la bodega que tenía el empresario Chakib Madcur. Había hecho una gran inversión para realizar su fraccionamiento en la bodega que tenía sobre calle 6 en 25 de Mayo. Había interpretado que este envase por lo ecológico, por su fácil y menor costo de transporte, entre otras ventajas, venía ganado espacio en el mundo y que había que imponerlo en la Argentina.
Por diversas causas, entre ellas económicas, el proyecto no prosperó y no se difundió como se esperaba.
Hacia el año 2000 sólo había un puñado de marcas que la crisis se encargó de barrer. Pero sobre todo, el hecho de que los insumos para embotellar en vidrio fueran baratos. Pero ahora que la ecuación cambió -botella, etiqueta y corcho son más caros que el vino que llevan dentro- este envase vuelve a ser viable. El Bag in Box es un envase ideal para los aficionados a los vinos jóvenes sin crianza alguna, o con ligeras crianzas, que beben vino habitualmente en las comidas, puesto que estos envases una vez abiertos no permiten que el vino se oxide (el sistema de llenado es al vacío y queda siempre la bolsa sin aire y el vino de esta manera dura muchísimo) como si sucede cuando abrimos una botella y dejamos un resto en su interior. Ésta es una muy buena ventaja que permite ir tomando lo necesario sin estar preocupado por una oxidación y el temido ‘avinagrado‘. Se debe dejar en claro que el Bag in Box es el envase ideal para los vinos jóvenes y frescos ya que no permite la crianza del vino como lo hace la botella de vidrio. Tal vez una contra que ha tenido el Bag in Box ha sido su poca aceptación social y el público entiende como ‘vinos de poca calidad‘ los vinos envasados en estas cajas. Pero hoy muchas bodegas empiezan a apostar por este tipo de envases y en mercados más maduros y con mayor tradición vinícola son envases ampliamente aceptados y consumidos. Sin embargo, este envase tiene diversas características que aventaja al vino de calidad en botella, entre la que se destaca, por sobre todo, la disminución de costos por parte del establecimiento, así como también, por parte del consumidor final, quien puede comprar un vino de alta calidad a un 50% más barato que en botella. Elaborar un Bag in Box es un 30% a 50% más barato que elaborar 4 botellas de 750 centímetros cúbicos. Con ello se obtiene una optimización en el espacio de almacenaje ya que hay una reducción de los costos de transporte. Por 1.000.000 de litros de vino fraccionado en botellas se necesitan 36,8 camiones. En cambio si están fraccionados en Bag in Box sólo 6,4 camiones. De acuerdo a su participación en volumen el Bag in Box representa en Suecia el 56%, en Australia 53% y en Noruega 48%. Las compras regulares de al menos una vez al mes indican para Europa que en Noruega el 28% de los clientes acceden al Bagin Box, Suecia el 27%, Finlandia el 18%, Francia el 17%, Dinamarca el 16% e Inglaterra el 6%.
Respecto de los consumidores, Francia lidera con 6,6 millones e Inglaterra con 1,7 millones.

