Las subas constantes del dólar que causan devaluación del peso, sumado a la inflación de costos como el del combustible que impacta en los fletes, continúan trasladándose a los precios de los alimentos.
Según datos aportados por la Cámara Sanjuanina de Supermercados y Autoservicios (Cassa), en el último mes la nueva tanda de remarcaciones oscila desde un 5 hasta un 10% promedio en los productos, y entre las mayores alzas se destaca la de la carne de pollo.
"Sólo en la última semana este producto aumentó 15 por ciento su precio", aseguró Andrea López, vicepresidenta de Cassa.
De acuerdo a las razones que expusieron los proveedores a los supermercados el aumento se explica por tres factores. Por empezar, hay menos pollitos bebé porque como el precio venía tan bajo, había mucha oferta y poca demanda, los criaderos nacionales decidieron reducir la producción. En segundo lugar, una empresa brasileña que provee de huevos fértiles a los criaderos argentinos tuvo un problema puntual y no está vendiendo hace más de 20 días. ""El tercer factor que nos explican es que como ahora el dólar está a 31 pesos, conviene más exportar y en consecuencia, falta en el mercado interno. Todos estos factores juntos hacen que haya menos oferta frente a una demanda que se mantiene sostenida, lo que provoca que se incremente el precio", explicó López.
La empresaria indicó que durante la semana que pasó tuvieron que remarcar el precio del pollo cuatro veces, y agregó que se espera que siga subiendo a partir de hoy. Pero no es el único aumento que golpea al bolsillo de los sanjuaninos, ya que en mayor o en menor medida, todos los productos sufrieron ajustes, desde fideos y arroz, pasando por leche, aceites, quesos y gaseosas.
En la nueva tanda de precios tuvo mucha incidencia el incremento de los fletes, donde las constantes subas de los combustibles tienen mucho impacto en provincias alejadas de los centros de distribución como es el caso de San Juan. Según los supermercadistas sólo este factor explica el aumento de precios de piso del 5% en el último mes. Pero además hay artículos que son muy sensibles a los vaivenes del dólar -como papel higiénico y servilletas de papel, por ejemplo- que también sufrieron retoques en la lista de venta al público de hasta un 10%.
Según el Indec el nivel general del índice de precios al consumidor (IPC) registró en julio una variación de 3,1% con relación al mes anterior, y de esta manera, acumula un 19,6% en los primeros siete meses del año. En el registro de los últimos 12 meses, la suba de precios trepó a 31,2% y según los cálculos de las consultoras, la inflación llegará al 30% en 2018.
La entidad
11 Son los supermercados y autoservicios locales que integran la Cassa. Las grandes cadenas no están incluidas en esta entidad.
Caída del consumo
El consumo en los supermercados locales registró un descenso del 2 por ciento en el último mes respecto al anterior, según Cassa. Así, a la par que suben los precios y con salarios por debajo de la inflación la gente continúa restringiendo la compra de productos, limitándose sólo a los que le resulten imprescindibles.
Inflación del 30% en 2018
Eduardo Coria Lahoz / economista
El relevamiento que estamos haciendo de los precios de alimentos de la canasta básica ronda un aumento del 2,5 al 3% en promedio de los precios de agosto, con algunos productos puntuales que pueden aumentar más y algunos bajan.
¿Cuáles son las perspectivas? Los aumentos no se están trasladando en su totalidad, los están absorbiendo. Eso se ve claramente al tomar como parámetro que en diciembre del 2017 proyectábamos una inflación para todo 2018 del 18 a 20%. En la actualidad proyectamos una entre 28 y 30%, o sea unos 10 puntos más; y en el interín lo que hemos tenido es una devaluación del peso de alrededor del 50%. Quiere decir que la devaluación del 50% sólo le ha agregado 10 puntos a la inflación prevista para este año. O sea, el efecto precios es mucho más bajo que el efecto devaluación. Eso ocurre porque la transferencia a precios no es directa. Se produce un fenómeno de cambio en las precios relativos, donde algunos precios que están planteados en mercados poco competitivos y que frente a la devaluación pueden aumentar -básicamente eso ocurre en los monopólicos, como el acero o combustible-; o mercados donde la demanda es inelástica, porque los consumidores no pueden dejar de demandar el bien porque es de primera necesidad. En mercados más competitivos, transables, donde se puede importar o exportar, el traslado a precios no es directo.