Con el combustible como el principal responsable, el costo de los fletes aumentó el 61,5% durante el año pasado, una cifra que preocupa en el sector transportista porque está a casi 14 puntos por encima de la inflación, que fue del 47,6% durante el 2018. Según datos de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac), el número es el mayor de los últimos 16 años porque para encontrar uno superior hay que remontarse al 2002.
Con respecto a los combustibles, treparon un 76,9% durante todo el año y más del ciento por ciento desde la desregulación del mercado de hidrocarburos, el 1 de octubre del 2017, lo que impacta cada vez más en las estructuras de costos del transporte y lleva al límite la ecuación económico-financiera de las empresas. Así, los aumentos desmedidos del gasoil, según sostienen en el sector, afectan el normal funcionamiento del transporte de cargas en todo el país. En la actualidad, el gasoil en San Juan cuesta 37,92 pesos en promedio, luego de la última suba, que fue del 1,68%.
"Estamos preocupados porque enfrentamos una situación en la que no se pueden aumentar las tarifas para mantener las cargas, y con poco movimiento", dijo José Maldonado, titular de la Unión Propietarios de Camiones (Uprocam). En San Juan, los principales productos que se transportan en camiones son los vinos, cerámicas y las cales y durante este temporada la uva para consumo en fresco, que demanda unidades con equipos de refrigeración porque no se debe cortar en ningún momento la cadena de frío.
A nivel nacional, según datos de la Fadeeac, el sector opera en un contexto abiertamente recesivo y con fuertes caídas en los volúmenes transportados en el consumo masivo.
Además del combustible, en el marco de la fuerte devaluación del peso y la fuerte caída de la actividad económica, las empresas de camiones se ven afectadas en su operatoria diaria por el fuerte aumento de otras variables, como el Costo Financiero (175%), y de los incrementos en los principales insumos de los equipos: Material Rodante (99%), Lubricantes (90,4%), Reparaciones (77%), Neumáticos (76%) y Seguros (72%). Todos ellos muy por encima de la evolución de los precios al consumidor (IPC), que registró un récord de inflación minorista de los últimos 27 años.
Otro ítem que preocupa en el sector son los fuertes ajustes en los corredores nacionales y en los accesos a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ya que los peajes treparon un 68% el año pasado. Es otro de los factores que pesó fuertemente sobre las espaldas del sector, sin contar el nuevo aumento en los accesos a la CABA a partir de la primera semana del 2019. La mayor parte de las cargas que salen de San Juan, a excepción de las cales, que van a Chile, son a Buenos Aires y por eso es un ítem que pesa mucho.
Frente al actual panorama, Maldonado contó que en los últimos tiempos se ha resentido la renovación de unidades para poder mantener el negocio. El empresario mencionó que la mayor parte de los vehículos tienen una antigüedad superior a los 5 años y que es muy costoso renovar las flotas. Por ejemplo, un camión mediano cuesta entre 2,5 a 3 millones de pesos, una cifra muy difícil de alcanzar.
En la actualidad, un flete a Buenos Aires lo cobran a unos 31.000 pesos de ida y 25.000 de vuelta, resignando ganancias para poder mantener el negocio. En el caso de las cales que se llevan a Chile se hace con la mayoría de unidades del vecino país. La proporción es del 80%. Un flete al país trasandino cuesta unos 1.200 dólares.
En San Juan funcionan entre 70 a 80 empresas de cargas, que tienen unas 4 unidades en promedio cada una.
Un año complicado
Un informe de la Fadeeac consigna que el 2018 se ha convertido en el año de mayor variación de costos luego del 2002 porque, por ejemplo, sobrepasa en más de 20 puntos el resultado del 2014, que fue del 38,4%. EL 2016, por su parte, había marcado un 36,9% anual, suba que superó con amplitud el registro del 2015, que fue del 21,8%.
La entidad nacional señala que durante el 2018 el sector transportista operó en un contexto económico abiertamente recesivo, con una fuerte caía de la actividad económica y, en consecuencia, de los volúmenes transportados. Ese contexto tuvo origen en un notable aumento del tipo de cambio en muy poco tiempo. Así, por ejemplo, el dólar transitó de 20 a 25 pesos primero, luego a 28 pesos para alcanzar los 32 pesos y a fin de septiembre del año pasado escalar hasta las 40 pesos. En la actualidad fluctúa entre los 38 a 39 pesos.
Así, el crecimiento del valor de la moneda norteamericana impactó en el costo de los insumos.