De un lado, unas 150 personas convocadas en la esquina de Laprida y España que hicieron oír su voz a favor de la actividad minera. Del otro, más de 400 jóvenes que se juntaron frente a la Legislatura para manifestar su repudio a la minería metalífera. Ambos estuvieron munidos de pancartas, cada uno a su forma dejó en claro su posición y en todo momento reinó la calma. Para el público que ocasionalmente transitaba, ambas expresiones les resultaron indiferentes y apenas uno que otro automovilista tocó bocina cuando pasaba por un lugar u otro.

Los promineros comenzaron a convocarse pasadas las 18 horas. Con bombos y cánticos dejaron claro que la marcha era por la defensa del trabajo. "Venimos acá porque les queremos decir a todos que este es nuestro trabajo, el que le da de comer a mi familia. No venimos a confrontar”, dijo Miguel, quien trabaja en Veladero. Este sector mostró algunos matices al menos llamativos: un panfleto decía que "la movilización no tenía color político o gremial”, claro que las banderas con la inscripción del gremio minero AOMA abundaban.

La convocatoria de las personas que están en contra de la minería estuvo acompañada por un autoparlante, para quien quisiera hacer pública su posición, lo haga a viva voz.