La corrida cambiaria de fines de octubre, que llevó el dólar blue a los $195, tuvo importantes consecuencias para los bancos que vieron cómo se aceleraba la caída en la captación de plazos fijos. Durante el mes de octubre la disminución en plazos fijos superó los $110.000 millones, lo cual significó una caída del 5%.
Si bien el Banco Central no tiene información sobre qué es lo que sucedió con esos más de $110.000 millones que se fueron de los bancos, lo más probable es que las empresas aprovecharon otras opciones para dolarizar sus carteras. Es posible que una parte de los fondos que mantenían en plazos fijos los hayan volcado a los nuevos instrumentos ajustados al tipo de cambio oficial que lanzó el Tesoro y que registraron una millonaria demanda.
Esto se debe a que las empresas no pueden usar esos pesos para comprar dólares a raíz del endurecimiento del cepo cambiario. La única forma de dolarizarse es buscar sustitutos imperfectos, como los bonos atados al tipo de cambio que emiten las empresas y ahora también el Tesoro. Los bancos también fueron autorizados a colocar depósitos dollar linked, pero aún ninguno lo ha hecho.
Según consigna Infobae, la evolución de los depósitos es seguida de cerca por el titular del Banco Central, Miguel Pesce, en virtud de que es un buen indicador de la demanda de dinero.
Otro aspecto para seguir de cerca es la tasa de interés. El Central impulsó un aumento de tasas y hoy los bancos deben pagarle a los ahorristas un mínimo de 34% anual a 30 días. Los rendimientos en pesos lucen insuficientes teniendo en cuenta que la inflación de octubre ya estaría por encima del 3% mensual. Es decir, en octubre los plazos fijos perdieron con el tipo de cambio y con la inflación, el peor escenario posible.
En los meses previos, la dinámica había sido muy diferente. En septiembre, los plazos fijos en pesos del sector privado habían subido $ 112.000 millones y en agosto otros $ 132.000 millones. Noviembre será un mes interesante para ver cómo sigue la tendencia.
Los depósitos en dólares también sufrieron una dura caída durante octubre, que superó los USD1.500 millones. La corrida cambiaria llevó a muchos ahorristas a retirarlos del banco para llevarse los billetes a una caja de seguridad o directamente al "colchón".