Las botellas estuvieron dos años en el ojo de la tormenta porque faltaban, lo que puso contra las cuerdas a la industria bodeguera. Pero resulta que ahora el sector fabricante de vidrios maneja proyecciones negativas respecto a las ventas de vino, y vaticinan que para el 2023 van a sobrar botellas, con lo cual ya está pensando en aumentar las exportaciones de ese insumo. La polémica no tardó en llegar: los bodegueros sanjuaninos ponen en duda esa estimación, dicen que las exportaciones subirán y que el consumo interno al menos se mantendrá.
Ricardo Galdeano, gerente comercial de la fábrica Cattorini, la principal productora de botellas de vidrio del mercado, dijo a DIARIO DE CUYO que con la puesta en funciones del nuevo horno que se incorporó este año prácticamente se solucionó el faltante de botellas para la industria del vino, y prevén que antes de fin de año solucionarán la oferta de botellas ‘livianas’, cuya producción está frenada por la demora en importar determinada moldería que requiere ese envase. ‘Hay una alta concentración de demanda en un par de modelos livianos, y esos modelos todavía no se terminan de acomodar, pero sí hay alternativas de reemplazo y nadie se va a quedar sin botellas’, dijo el directivo.
No obstante, fue contundente al alertar que en el horizonte ‘cercano’ el escenario se empieza a revertir respecto a lo sucedido en los últimos años, ya que estiman que se viene un sobrestock de vidrio en el país. ‘Para el año que viene la previsión que tenemos es que sobrará vidrio. Lo que vemos hacia el año 2023 es que va a sobrar vidrio por la capacidad que tenemos en funcionamiento y por la caída de los despachos. Vamos a empezar a tener inconvenientes en la fábrica por falta de despachos’, aseguró el directivo. Añadió que hay ciertos segmentos en la industria vitivinícola que se están atrasando en las ventas, fundamentalmente con caídas en el consumo en el mercado interno y por las exportaciones de vinos más económicos que están teniendo problemas por el retraso del dólar. ‘Eso va a empezar a jugar en contra al sector del vidrio’, dijo, y anticipó que Cattorini el año próximo empezará ‘a mirar para afuera’, aludiendo a que incrementará las exportaciones de envases. ‘Nosotros tenemos un pequeño porcentaje de nuestra producción de exportación que lo hemos mantenido. Hoy por hoy sigue siendo lo mismo, pero vemos que el año que viene este porcentaje deberíamos incrementarlo’, indicó.
En el sector bodeguero no creen esas proyecciones. ‘Yo pediría que no haga este tipo de previsiones. La comercialización de vinos ya tocó su piso y no se esperan más caídas’, dijo Juan José Ramos, integrante de la Confederación Federal Pyme. Agregó que el consumo interno está mejor que el año pasado, y que las exportaciones van a mejorar porque hay demanda mundial. Además dijo que la confederación tiene la promesa de autoridades nacionales de que habrá una solución para las economías regionales respecto al atraso cambiario que tiene frenadas las exportaciones.
Gustavo Samper, presidente de la Cámara Vitivinícola, coincidió en que los despachos al mercado interno ‘están sostenidos y no deberían caerse’. Y se mostró desconcertado respecto a las exportaciones: ‘No creemos que vayan a caer, a menos que estén viendo algo que nosotros no’, señaló. La Cámara de Bodegueros se llamó a silencio en el tema.
Las cifras del Instituto Nacional de Vitivinicultura indican que entre enero y septiembre de este año las exportaciones de vinos están mostrando una caída, que en el caso de fraccionado en botellas es del 5% (ver Las cifras… e infografía). Del mismo modo, los despachos a mercado interno en igual periodo, en botellas, aumentaron 4,6%.
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Las cifras oficiales
- Insumos y precios
Desde Cattorini informaron que al igual que otras industrias, están siendo impactados por las subas de tarifas del gas, la inflación y por las demoras en los insumos importados en materia prima, principalmente la soda Solvey, que es un granulado clave que ayuda a fundir a menor temperatura. Ese insumo tiene un problema mundial de escasez que en el caso de Argentina se agrava por las trabas para importar. ”Estamos incrementando la matriz de recuperación de vidrio para usar menos soda, pero no es fácil”, dijo Galdeano. También tienen problemas para importar tecnología de producción y moldería. El directivo agregó que por la inflación se ven obligado a trasladar aumentos a las listas de precios de las botellas, que en lo que va del año se han incrementado por encima del 50%, según dijo. Pero ayer anticipó también que no se prevén más subas en lo que resta del 2022. ”El espíritu comercial que tenemos es no aumentar más hasta fin de año. Nuestra posición es tratar de no incrementar más el precio. Eso depende también de lo que pasa con nuestros proveedores, pero nuestra idea es mantenerlo”, aseguró Galdeano.