Dos problemas han postergado el progreso económico de San Juan desde la sanción de su primera constitución en el siglo XIX: la desunión y el aislamiento. La falta de acuerdo para sostener una razonable estabilidad política, condición necesaria para elaborar programas y solucionar problemas que requieran alguna planificación estratégica, queda demostrada en la cantidad de gobernadores que suma la cifra de 175 incluyendo el mandato actual. 175 cuando recién estamos por cumplir 200 años de independencia. Año y medio promedio cada uno.

En todo el siglo pasado pocos terminaron el período de su mandato, Gómez Centurión y el segundo de Escobar, ya que en el primero fue destituido. Américo García, en 1962, debió irse faltándole una semana. En el siglo XXI arrancamos con otro juicio político y la destitución de Alfredo Avelín.

El otro problema, el aislamiento; no sólo ha sido una condición geográfica, sino también un espíritu entronizado en nuestra forma de ser. La falta de participación de las ideas grandes del país queda probada por la historia. Después de los próceres que nos dieron la independencia Narciso Laprida y Francisco Santa María de Oro vinieron Salvador María del Carril, Guillermo Rawson y Sarmiento para ser los últimos que tuvieron protagonismo nacional ejerciendo los más altos cargos y acostumbrándose a elevar la mirada por encima de los cerros que nos rodean.

Lo del aislamiento parece haber comenzado a tener solución tanto en los mapas como en las relaciones. Ello probablemente se deba al impulso de la industria manufacturera a fines del siglo pasado y de la minería en éste. El tamaño de las inversiones de uno y otro caso necesita de vínculos internacionales y management de estilo global y eso obliga a cambiar la mentalidad.

Reclamo del agro

Toda esta introducción viene al caso por algún reclamo que se escucha de productores del campo que, disconformes con el castigo que nos viene propinando la naturaleza con la falta de agua que aqueja a todas las cuencas de la cordillera haya o no minería (pregunten si no en Mendoza), pretenden la vieja solución que nos llevó al atraso: si caemos nosotros, que caigan todos.

Imaginemos lo que significaría para Jáchal el cierre aunque más no fuera temporario o la baja de producción de Veladero y Gualcamayo. Una tremenda cantidad de despidos o suspensiones de los trabajadores vinculados y el lógico agravamiento de la crisis de la región. Es la vieja solución del suma cero o la suposición de que lo que a mí me falta es porque le está sobrando a otro.

La agricultura pasa por uno de sus peores momentos pero no es a causa de otra actividad que le esté robando recursos y menos recursos naturales, como el agua. En última instancia si así fuera, cualquier administrador más o menos consciente trata de usar un recurso escaso dándole la mejor utilidad posible, aplicándolo a lo que puede generar mejores resultados. Por la razón que fuere, la agricultura no está hoy en condición de garantizar buenos resultados, que no los tendría aunque sobrara el agua. Además, es conocido que los recursos no renovables no pueden ser sustento permanente de una economía, caso contrario no existirían ni Japón ni Suiza, pero sí funcionan como flotadores para cuando hay turbulencias o uno se está por hundir. A veces esos flotadores funcionan bien mucho tiempo cosa que se puede ver en Chile o en los países con petróleo.

Hoy la minería en San Juan, que tampoco pasa por su mejor momento, es un gran flotador para miles de empleados y proveedores sobre todo en Jáchal, Calingasta e Iglesia. Es comprensible que los afectados por la sequía se quejen y hasta que tomen actitudes irracionales. No hace mucho los vallistos se convencieron de que misteriosos aviones se llevaban las nubes de lluvia y su protesta obligó a su diputado a defender ese argumento en la Cámara y en los medios.

Es posible que, con el regreso de la lluvia, ahora en demasía, Emilio Fernández desee borrar esos registros del libro de sesiones. Aún queda en el ser humano ese rasgo tribal que hizo idear a los brujos la danza de la lluvia, equivalente remoto a estas protestas.

Visión:

Pero el gobernante, obligado a tener una visión de conjunto no puede ceder a presiones fundadas en un razonamiento primitivo, inconveniente y que nos dio resultados de largo estancamiento apenas giramos el rostro y miramos para atrás.

El paso a Chile por Agua Negra que ya da resultados sin el túnel que bajará su altura nos convertirá en ciudad de paso y no terminal. El aislamiento geográfico habrá concluido cuando se perfore la cordillera. El aislamiento político parece también estar cerrando su ciclo por el comportamiento de todos los dirigentes de las diferentes fuerzas. Queda por terminar también con la desunión que nos impidió progresar por la imposibilidad de cimentar juntos un futuro programado rompiendo con una psicología social autodestructiva. Hay trabajo por hacer.