El gobernador Uñac recorrió el sector de las líneas de corte de galletas, hasta las amasadoras y hornos, junto al presidente y fundador de Tía Maruca, Alejandro Ripani. Obviamente, también probó los productos. 

 

Como el ave fénix, la fábrica de galletitas en Albardón cada tanto vuelve a resurgir de las cenizas. Hace seis meses todo indicaba que por tercera vez iba al cierre en sus 37 años de vida, porque Pepsico anunció que iba a dejar de operarla, y los casi 400 puestos de trabajo quedaron al borde de lo peor. Pero la compró Alejandro Ripani, el dueño de Tía Maruca, y la planta ahora reflota con más ímpetu. Ayer, en la inauguración oficial de la nueva compañía ‘Tía Maruca-Dilexis’, Ripani anunció una inversión millonaria de U$S 5 millones en tecnología, buscando en un año duplicar la producción actual hasta alcanzar las 40.000 toneladas de producción. Así, Tía Maruca en la planta sanjuanina eleva de 4 a 6 sus líneas de producción, para tener una plataforma industrial que le permitirá abrir nuevos mercados de exportación e incrementar su participación local posicionándose como la tercera empresa del rubro detrás de gigantes como Arcor y Mondelez. Además conserva a todos los trabajadores que ahora trabajan horas extras y no dan abasto produciendo las galletas tradicionales “Argentitas”, “Pindy”, “Dale” y ‘’Toddy’’, que se suman a las de Tía Maruca, con las ‘Pepas’, ‘Fajitas’, ‘Hojaldritas’, las de de arroz y snacks. 

El establecimiento albardonero tiene una larga historia de idas y vueltas. Lo abrió Sasetru en 1980 aprovechando la promoción industrial, pero ante el incumplimiento nacional la quiebra fue inmediata. Estuvo cerrada largo tiempo hasta que en 1997 la compró el grupo Dilexis. Y 14 años después, en 2011 la adquirió la firma Pepsico que la operó hasta ahora.

‘’Hace 6 meses los directivos me comunicaron que iban a dejar de operarla por un giro de negocios, y lo que era un problema de Pepsico se transformó en un problema para la provincia’’, dijo ayer el gobernador Sergio Uñac, que asistió con sus funcionarios de Producción y acompañó a los nuevos dueños a descubrir el cartel con el nuevo nombre de la planta alimenticia. Allí no sólo agradeció al empresario por ‘’apostar a la renta productiva’’ generando trabajo registrado, sino que además lo ayudó con un empujoncito. Uñac dijo que que sumará a las galletitas Tía Maruca al plan nutricional oficial de 137 mil chicos de primaria y secundaria que reciben desayuno y merienda en las escuelas provinciales, otro centenar de chicos de Lotes Hogar que reciben la copa de leche y también al plan ‘Yo amo mi club’, del programa provincial de Deportes. Este último atiende con un plan nutricional a 16 mil chicos y aspira a llegar a 20 mil hacia fin de año. Así, pasará a compartir esos planes nutricionales con la firma local Tecnofood. 

El intendente de Albardón, Juan Carlos Abarca, también aportó su granito de arena al condonarle las tasas municipales desde ese mes y hasta julio de 2018, además de entregarle la carpeta de habilitación municipal, un tramite que suele demorar y que es clave para tomar créditos. El acto culminó con un recorrido por la gigantesca planta que cuenta con equipos ingleses y a los que se le incorporarán dos nuevas líneas de producción que le permitirán desarrollar 14 nuevos productos. ‘’Serán segmentos dulces, surtidas, rellenas, destinadas a distintos hábitos de consumo’’, anticipó el empresario. El objetivo es ampliar el negocio de exportación que hoy llega a los países limítrofes hacia nuevos mercados como Asia y los Estados Unidos, agregó.

 

Parte de los trabajadores, bajo el nuevo cartel del establecimiento. Los nuevos dueños elogiaron ayer el gran capital en empleados que tiene la fábrica. 

Claves empresarias

Exitoso

’’A los nuevos emprendedores les digo que lo que encaren lo hagan con pasión y convencidos de que los sueños se hacen realidad’’, dijo Alejandro Ripani y hay que tomar en cuenta su consejo: hace 18 años arrancó con la modesta fábrica paterna y hoy es dueño de 6 plantas que facturan $400 millones al año.

Los inicios

A Ripani se le ocurrió fabricar galletas de hojaldre y en busca de un nombre adoptó el de la tía de un amigo, Maruca. Luego puso exhibidores en los kioscos y vendió todo. Hoy Tía Maruca tiene plantas en Luján, Ituzaingó y Chascomús, además de San Juan, con una capacidad productiva de 15 mil toneladas.

Exportaciones

Esta compra de la fábrica sanjuanina no sólo tiene como objetivo crecer en el mercado local, sino también ampliar sus actuales mercados de exportación en Estados Unidos, Chile y Uruguay, para luego expandir sus ventas a Paraguay y mercados no explorados, como el continente asiático.

Consumo récord

12 kilos de galletitas por persona cada año se consumen en Argentina, lo que ubica al país al tope del ranking de la región, duplicando a mercados más desarrollados como EEUU.