Las ventas de vino fraccionado en enero crecieron el 1,3%, según la información que aportó ayer el Instituto Nacional de Vitivinicultura. Se trata de un dato positivo luego de que las ventas del 2018 en el país cayeron un 6% frente al 2017.
Ahora, los números crecieron empujados por las operaciones con vinos de color, que treparon el 4,7%, mientras que las correspondientes a los blancos se redujeron el 7,7%.
De acuerdo a los datos que arrojó el balance del año pasado, el consumo per cápita cayó a 19,5 litros frente a los 20,2 litros del 2017, y lejos, muy lejos, de los 88,4 litros que consumían los argentinos en 1977.
Las cifras se conocen cuando se habla de un excedente de 330 millones de litros de vino, que tira para abajo los precios, en medio de una nueva vendimia en las dos principales provincias vitivinícolas del país, esto es en San Juan y Mendoza. Es por eso que ambos gobiernos pondrán en marcha medidas para reactivar el mercado.