El ingreso máximo anual para permanecer en el Monotributo o régimen simplificado durante 2020 será de $1.739.493 (unos $145.000 mensuales) para los prestadores de servicios y de $2.609.240 (unos $217.000 mensuales) para la venta de bienes, según la nueva escala del impuesto que acaba de ser oficializada por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) en su página web.

Las variables del esquema del Monotributo se actualizan una vez por año, en un porcentaje equivalente al aumento acumulado en el período anual previo por los haberes jubilatorios del sistema nacional, que en este año ronda el 51%. Las subas de las jubilaciones, en tanto, se calculan por una fórmula que incluye 70% de la variación trimestral de la inflación (IPC) y 30% de los salarios formales (Ripte).

Por la actualización, la categoría "A" admitirá el año próximo a quienes facturen no más de $208.739 anuales (unos $17.394 por mes); mientras que para las categorías "B" y "C" las cifras serán de $313.108 y de $417.478, respectivamente.

 

¿Cómo quedarían los aportes mensuales totales por categoría?

 

  • En la categoría "A", la más baja, pasará de $1.294 a $1.955
  • En la categoría "B", de $1.447 a $2.186
  • En la categoría "C", de $1.654 a $2.499 por prestación de servicios y de $1.626 a $2.457 por actividad comercial
  • En la categoría "K", la más alta, de $9.738 a $14.716

 

El pago con destino a la prestación de salud será en todos los casos de $1.041,22 por persona beneficiaria, mientras que el aporte jubilatorio, que se paga en función del nivel de facturación, irá de una escala de $745,49 para la categoría "A" hasta $1.933,61 para la categoría "K".

La nueva tabla de valores regirá a partir de enero y se deberá tener en cuenta, además, para realizar el trámite de recategorización, en el caso que corresponda. Los contribuyentes deberán observar en función de la facturación y de las otras variables contempladas en el Monotributo si están en la categoría que les corresponde.

“El aumento sobre la inflación pasada y el Ripte generan que los precios de un monotributista no puedan acompañar el flujo natural de los precios, lo que lleva a subfacturar o a la informalidad como para no recaer en el régimen general con el altísimo costo que eso implica cuando el nivel de actividad sigue siendo el mismo en términos reales”, explicó Iván Sasosvky, especialista en temas tributarios. “Frente a esto, el Estado debe tomar una postura madura respecto al monotributo. Si lo mantiene, debe actualizarse permanentemente por la inflación dado que lo que intercambia un monotributo es el precio de bienes y servicios”, agregó.

Según las estadísticas de la AFIP hay un total de 3,2 millones de monotributistas, de los cuales 365.000 corresponden a la categoría de monotributista social (quienes deben cumplir con una contraprestación laboral a cambio de un plan asistencial del Gobierno); y 2,3 millones son adherentes “puros”. En tanto, unos 700.000 tienen otro ingreso, como trabajador en relación de dependencia, jubilados y pensionados, principalmente.

Si bien el sistema cuenta con 11 categorías, el 81% del total de inscriptos está concentrado en las cuatro primeras franjas. En las tres más altas, apenas se registran 6.753 contribuyentes.