Aún antes de que la cuarentena obligatoria cumpliera su primer mes, el Ministerio de Economía estimaba que el producto bruto se contraería 6,5% este año, un cálculo aún más pesimista que el del FMI, el Banco Mundial y que muchas estimaciones privadas.
Los números están incluidos en un documento de trabajo con el que el ministro Martín Guzmán discutió los primeros parámetros para la oferta de canje de deuda y que fue elaborado el 10 de abril, hace casi un mes. Las previsiones oficiales, desconocidas hasta ahora, también admiten que el crecimiento del déficit público esperado para este año se financiará en forma íntegra con emisión monetaria. No sólo eso: también hay un paper sobre la una oferta previa de BlackRock, uno de los mayores acreedores locales.
Todos fueron enviados a la prensa y publicados de la web del ministerio de Economía. Luego de despublicaron por unas horas –lo que generó comentarios y rumores en las redes sociales–, para finalmente ser posteados online completos y con formato “más prolijo”, aseguraron voceros.
Economía espera que la actividad se contraiga 6,5% este año, para luego recuperarse 3% en 2021 y, paulatinamente, desacelerarse hasta promediar un crecimiento del 1,75% anual entre 2023 y 2030. Al mismo tiempo, espera que el déficit de las cuentas públicas alcance 3,1% del PBI este año, una estimación optimista para los consensos del mercado, y que todo ese bache se financie con emisión monetaria del Banco Central.
Hoy el Palacio de Hacienda distribuyó una curiosa serie de documentos que detallan el proceso de negociación con los principales grupos de acreedores en las últimas semanas.
En el más polémico, dio a conocer la propuesta preliminar que le envió el fondo de inversión BlackRock también hace un mes, en el que proponía una oferta con mayor valor. La difusión de este documento en particular llamó la atención y disgustó a una parte del mercado, porque formaba parte de las discusiones que mantuvieron las partes en los últimos tiempos. Economía se amparó en que el período de confidencialidad ya se había extinguido, según el comunicado que envió a los medios. De hecho, luego de publicarlo abiertamente, quedó más resguardado dentro de la web del Ministerio.
Otro paper, titulado “Restructuring guidelines”, o lineamientos de la reestructuración, se detallan las mencionadas previsiones económicas y supuestos financieros, todo en versión draft, o prueba previa a la presentación a la oferta formal de fines de abril. El relato de las negociaciones explica que el 10 de abril Guzmán presentó a los tres grupos ad hoc de bonistas y a fondos particulares sus lineamientos para una propuesta de reestructuración de deuda. Además, tiene varios detalles respecto de cuáles son los escenarios que maneja el Gobierno para justificar su oferta.
En este sentido, pese a que ha sostenido que la deuda está en un nivel insostenible, en uno de los gráficos asume que se ubica en el 50% del PBI -ya que, como el mercado, toma la deuda en dólares con el exterior- y estima que bajará al 38% en 25 años. Por otro lado, indicó que no debe haber pago en el capital de la deuda hasta 2027, año en el que el país estaría en condiciones de volver a acceder al mercado voluntario, pese a que muchos países de la región (Perú, Paraguay y Chile, entre ellos) ya lo están haciendo ahora a tasas de un dígito. El documento detalló que los pagos por el servicio de la deuda en dólares no deberían superar el 4% del PBI desde 2027 para garantizar el principio de sustentabilidad. Y subrayó que el Gobierno optó por una fuerte quita en los intereses (62%) y una suave en el capital (5,5%).
Las previsiones macroeconómicas van en línea con el espíritu de la propuesta de deuda lanzada por el Gobierno pocos días más tarde o con la que, en el documento que supo ser confidencial y ahora fue hecho público por la propia cartera de Hacienda, recién empezaban a tomar forma. La oferta original que garabateaba en borrador Guzmán era distinta de la que finalmente vio la luz.
Pero lo más llamativo es que, a pesar de haber sido hechas durante los primeros 20 días de cuarentena obligatoria, suponían previsiones más pesimistas que las de organismos internacionales y entidades privadas.
En abril, el Banco Mundial estimó que la Argentina caería 5,2%, mientras que el FMI previó una contracción del 5,7%.
Las previsiones de Guzmán superan en pesimismo, también, a las del Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central. En su última edición, la mediana de expectativas de los especialistas consultados cada mes esperaban una contracción del 4,3% este año, seguidas de un rebote del 3% en 2021 y un avance del 2% en 2022.