No hay caso. Ni los más de 100 días que en el invierno se utilizaron para embalsar el dique Los Caracoles pudieron evitar la crítica situación que hoy atraviesa. Es que los 1.048,54 metros sobre el nivel del mar (msnm) actuales lo ubican en el más bajo histórico, con el agravante que restan más de 2 meses de desembalse, ya que el caudal del río sigue siendo mucho más bajo que el volumen que se eroga, que -así y todo- es el “estrictamente necesario”. Un año atrás, el nivel era casi 14 metros más alto (ver infografía). Las otras dos presas sanjuaninas no están mucho mejor (ver nota vinculada), principalmente Quebrada de Ullum, que está 15 metros por debajo de su nivel óptimo. Desde el Gobierno reconocen que la situación es “crítica” y que en marzo los diques quedarán “secos”. A pesar del actual escenario hídrico, en el Gobierno aseguran que, como adelantaron cuando se conoció el pronóstico, el agua alcanzará para cubrir las necesidades.
Los caudales de los meses de octubre y noviembre estuvieron casi a la altura de lo pronosticado, pero en diciembre la brecha tomó tintes preocupantes, justo cuando lo que se despacha para riego aumenta: hoy por hoy, el río San Juan trae escasos 33,24 m3/s, cuando lo estimado para este mes era 41,3 m3/s, es decir un 24% menos, con una erogación que por estos días ronda los 50 m3/s (ver recuadro). Este comportamiento del río complicó la vida de Los Caracoles. Los números marcaron que, lejos de acercarse a su cota ideal de 1.110 msnm, a la que por cierto nunca llegó en estos 3 años y medio que tiene la presa, arrancó la temporada de desembalse (allá por finales de septiembre) con unos 1.082 msnm e incluso estaba generando energía, aunque lo hiciera al mínimo de su capacidad (es de 120 megavatios). Tras cartón, descendió 35 metros en apenas 3 meses, y con enero y febrero aún por delante. Con este complejo panorama, en Hidráulica apuran la puesta en marcha de una parte de los pozos de agua de Zonda que prometió el Ejecutivo arreglar para sumar algo de caudal extra y de esta manera cumplir con el pedido que hicieron oportunamente los presidentes de las 18 Juntas de Riego.
Si bien el Gobierno puso cifradas esperanzas en que Los Caracoles sume en materia energética, la realidad es radicalmente otra. Desde su puesta en marcha ha trabajado casi exclusivamente como reservorio de agua y, peor aún, si sigue desembalsando al ritmo que lo viene haciendo, está en duda que la temporada que viene genere energía.

