El secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, informó ayer que el Gobierno nacional dio marcha atrás en el proyecto que contemplaba subas generalizadas del 15 por ciento en retenciones para las exportaciones de las economías regionales, a excepción de la soja que ascendía al 30 por ciento. Así, el sector olivícola mantendrá el estatus de cero retenciones, que ya se venía aplicando en el gobierno de Alberto Fernández. Sin embargo, para la industria vitivinícola, que incluye al sector pasero, habrá un gravamen, aunque del 8 por ciento. La medida dejó un gusto agridulce para los productores sanjuaninos alcanzados directamente por la decisión que se tomó en la Casa Rosada. En ese marco, Antonio Giménez, presidente de la Cámara de Comercio Exterior, dijo que, "en principio, nos parece una buena medida que se haya recapacitado" porque lo que se había dicho en un principio "nos dejaba fuera de combate". No obstante, sostuvo que si bien es una decisión "razonable", la misma "no es con sentido común" porque tanto la cadena vitivinícola como la pasera tienen los "mismos procedimientos y problemas que la olivícola".

Giménez comentó que el sector se encuentra hoy exportando "al 50 por ciento por un problema de competitividad". Así, explicó que, aunque "ayuda" el sinceramiento en el tipo de cambio, la aplicación de retenciones "se devora parte de esa mejora competitiva" para economías como la vitivinícola, la "que no está muy bien" en la actualidad. Al asumir, el presidente Javier Milei realizó una devaluación de la moneda que llevó el dólar oficial de 366 a 800 pesos. En ese marco, el presidente de la Cámara resaltó que "los costos de toda la cadena se han ido incrementando por la inflación, por lo cual, la situación de retenciones y sólo por el inicio de la vitivinícola parece una asimetría muy severa".

Vilella había explicado que quedan fuera del gravamen las economías olivícola, arrocera, cueros bovinos, lácteo, frutícola (excluido el limón), hortícola, porotos, papa, ajo, garbanzo, arveja, lenteja, miel, azúcar, yerba mate, té, equinos y lana. A su vez, a las demás se les impone un 8 por ciento de retención, a excepción de los subproductos de la soja, como el aceite y la harina, los que pasarán de 31 al 33 por ciento. Los cambios en el sistema de retenciones serán aplicados siempre y cuando el proyecto se apruebe en el Congreso de la Nación.

Mauricio Colomé, presidente de la Cámara de Bodegueros, estuvo de acuerdo con Giménez al señalar que el sinceramiento del valor del dólar oficial los benefició, pero, a la misma vez, remarcó que lo que se anunció en Nación "ha sido una sorpresa para la industria vitivinícola y, sobre todo, para el vino embotellado. Hace unos meses, no teníamos retenciones, lo que nos había puesto muy contentos. Ahora, volvemos a tener el gravamen, lo que nos da la pauta de que no están muy claras las reglas del juego. Realmente, es una sorpresa que, esperamos, dure poco". Por eso, destacó que a "la industria, en realidad, se la ha castigado con más retención", además de señalar el aumento de los insumos importados.

 

Quita de retenciones
En septiembre, los productores vitivinícolas habían festejado la quita de retenciones para el sector. La medida había sido impulsada por el exministro de Economía, Sergio Massa, y benefició a la industria local, al llevar el gravamen de 4,5 al 0 por ciento.