Los industriales y funcionarios gubernamentales del sector explicitaron ayer con datos y estadísticas que la actividad de esa rama económica estuvo mal en los últimos años, y sigue complicada en el 2016, aunque se mostraron esperanzados y con expectativas de un repunte en el futuro, al que algunos le pusieron fecha dentro de cuatro años. Pero ayer, en el Primer Coloquio Industrial de San Juan; los disertaciones técnicas que venían desarrollándose como estaba previsto, quedaron minimizadas frente al mensaje claro y duro que dejó monseñor Jorge Lozano -futuro arzobispo de San Juan- sobre el desarrollo sustentable y su relación con la ecología. Logró una reflexión tan profunda en la audiencia, y caló tan hondo en los empresarios al punto que el orador que le siguió -Miguel Acevedo, vicepresidente de la Unión Industrial-; terminó dejando a un lado los papeles del discurso sobre la competitividad de las pymes que había preparado, e improvisando sobre cómo impactan en los empresarios los números de la pobreza y sobre la necesidad de generar más diálogos en el país. ‘’Me fui por la tangente’’, admitió Acevedo, y en un gesto de franqueza que hasta cosechó aplausos, prometió que ‘’otro día les hablaré del tema regional, de las industrias en Argentina, de la presión impositiva alta y de las leyes laborales’’. El Coloquio desarrollado ayer por primera vez en la provincia tuvo como lema ‘’Hacia un desarrollo territorial sustentable’’ y de tal forma cada panelista (ver abajo) se encargó de desarrollar el temario previsto. Quizá pocas personas de la audiencia -constituida por empresarios de variados sectores, y algunos funcionarios- intuyeron ayer cómo iba a hilvanar el padre Lozano la encíclica ‘Laudato Si’, emanada por la Santa Sede sobre la ecología y el cuidado de la casa común; con el mundo empresario. Destacó que el crecimiento económico no es bueno si hay pobreza, y que la sobreexplotación ‘infinita’ del planeta’ puede traer consecuencias negativas (ver aparte). Pero fue contundente cuando advirtió sobre ‘cuidarse’ de dos dogmas que están de moda en el mundo empresario -rentabilidad y eficiencia- ‘que no siempre son posibles’.
‘’Miremos una casa. Los abuelos no son rentables y los niños no son eficientes, ¿si es así en la casa, por qué la sociedad debe priorizar esos principios?‘, preguntó a la audiencia. Las palabras de monseñor descolocaron a Acevedo, que le siguió en el estrado. ‘’Difícil hablar de competitividad después de esto’’, dijo. Agregó que ‘lo que dijo ayer el gobierno nacional sobre los pobres es chocante’ pero que sirve para reconocer que el problema existe y hay que atacarlo. Si vemos un chico revolviendo la basura no hay futuro’’, reflexionó Acevedo.
