Por ahora, las presunciones son las de una buena cosecha: ‘Viene bien‘, resumen en el INTA. El mercado regional muestra un ligero repunte de precios en los vinos blancos, un achatamiento de los tintos genéricos y una discreta mejora en los mostos.
En el caso de los blancos con calidad de elaboración, por cierto han incidido dos factores: La demanda de los exportadores a granel (desde San Juan la semana pasada se exportaron 3 millones de litros con destino a Rusia y en Mendoza se han efectivizado operaciones hacia EE.UU) que prometen envíos que rondarán en la primera etapa los 25 y 30 millones de litros y por otro lado, el rumor de que, pese a la suposición de que tenemos en vasija de excedentes un total equivalente a 8 y 9 meses de despacho, al final resulta que no es tan fácil conseguir vinos de una calidad de elaboración capaces de pasar las barreras de la exigencia internacional.
Los hay, claro, pero hay que buscar bien, se quejan los exportadores. Por cierto, se oye en algunos fondines exportadores y entre quienes apuestan a una elaboración de calidad acorde con las exigencias de las vidrieras mundiales, quejas contra la infraestructura y la elaboración intermediaria (la de los llamados trasladistas) y contra la dispersión técnica de la masa de vinos de maquileros y ‘por cuenta de terceros‘ (45% de los vinos de San Juan, 60% en Mendoza).
La cuestión es que los blancos se movieron esta semana que pasó en el escalón promedio de $1,10 y $1,15 por litro ($1,12 blancos de blancas, $1 el escurrido y $1,70 blancos varietales sin certificar,). Los tintos genéricos -al parecer abundantes y con demanda achatada porque los grandes fraccionadores aún se mueven con lo suyo -se concertaron en estos días en torno a $1,95 y $2 por litro (los tintos sin mención varietal rondaron los $2,35).
Los mostos sulfitados siguieron en la onda de $1,10 y 1,15 según condiciones de elaboración y guarda (sigue siendo buena la alternativa exportadora). Los varietales en mundo aparte, según zona, cantidad de quintales por hectárea en el viñedo que surtió a la bodega y calidad de elaboración.
PRECIOS SOSTENIDOS
Después del montaje del operativo ‘sostén‘ del gobierno de Mendoza, productores del Este mendocino -que habían adherido en general cuando los anuncios- salieron a plantear contrapropuestas. Reclamaron mejores precios de referencia y menores costos operativos para la retención de volúmenes -pretendían un valor referencial de $1,20 y bajar el aforo del 25 al 20%- Desde el Barrio Cívico, el ministro de la Producción Raúl Mercau, volvió a reunirse con los críticos y, tras ratificar los precios de sostén, abrió una negociación para reducir los aforos de 25 a 20% por inmovilizar los stock. El precio, se supo, no se toca.
Por otra parte, otro de los temas que ganó la agenda vitivinícola en la cartera de Producción e incluso en el seno de la Coviar, fueron los recursos liquidados por la Nación en concepto de devolución de las retenciones a las exportaciones vitivinícolas. Desde el ministerio de la Producción, informaron que del 50% de las retenciones prometido en el 2008, en realidad la liquidación efectiva vino decayendo del 37% de 2008 al 29% del año pasado. En las cámaras de la industria, en la Coviar y en el mismo ministerio insisten en que ‘la situación de costos en ascenso y precios achatados que afronta la industria, demanda o mejorar los tiempos de reintegros o directamente eliminar las retenciones, como para sobrevivir‘, según insistieron desde Bodegas de Argentina y la Unión Vitivinícola Argentina. Los bodegueros y exportadores siguen clamando por los aumentos de sus costos internos (a los que se sumó el incremento anticipado de la industria del vidrio y las nuevas propuestas salariales que se avecinan para la próxima temporada), el dólar chato y las perspectivas que las exportaciones sigan desinflándose por estas circunstancias. Ya saben que no hay perspectivas de grandes cambios en la política económica de la Rosada, de manera que insisten en presionar sobre las retenciones, los reintegros y las propuestas de replanteos impositivos, que mejoren la rentabilidad a las bodegas y por derrame finalmente a los productores de las futuras cosechas.
