La minería es considerado por el Gobierno como uno de los sectores con mayor potencial para atraer inversiones. En el Coloquio de IDEA, Fernando Giannoni, director ejecutivo de Barrick Gold, destacó que el proyecto binacional Pascua Lama, puede movilizar "miles de millones de dólares" en los próximos años.
– ¿En qué situación está Pascua Lama?
-Sigue suspendido, pero hay equipos técnicos trabajando fuertemente y analizando alternativas para poder seguir adelante con ese proyecto. Somos muy optimistas hacia el futuro.
-¿De cuánto es la inversión planificada en esa mina?
-Depende de la alternativa técnica que se elija. Eso estaba pensado para ser a cielo abierto y ahora se están analizando distintas opciones. En función de lo que se elija, la inversión que traerá aparejada será distinta. Hablamos de miles de millones de dólares. No puedo precisar un monto, pero son cifras muy importantes, no solo en inversión sino en creación de empleo. Un proyecto así en fase de construcción emplea miles de personas, y también en operación. Nuestra mina en Veladero emplea 4000 personas aproximadamente, y representa el 25% del producto bruto de la provincia. Pascua Lama está cerca de Veladero geográficamente y es un proyecto de grandes dimensiones. Independientemente de qué alternativa técnica se elija va a seguir siendo grande y va a generar inversiones y empleo.
-¿Cuándo habrá una definición?
-En el tema minería es importante entender que como son mega inversiones, los procesos son mas largos que en otras industrias. Este proyecto está en fase de prefactibilidad, se están haciendo análisis técnicos. Recientemente le solicitamos a la provincia un permiso para hacer exploraciones adicionales de una gran superficie, sobre todo del lado argentino. Este es un proyecto binacional, porque el depósito del mineral está tanto del lado chileno como del lado argentino, y necesitamos ser más preciosos en cuanto a su ubicación para determinar técnicamente cómo se explota. No son proyectos que entran en explotación en un año. Estamos hablando de tres a cuatro años.
Fuente: La Nación