La gran expansión que tuvieron las energías alternativas o ‘limpias’ en la provincia, con la solar empujando a toda máquina; la gran ola de inversiones privadas que desembarcaron en la provincia y que dieron la nota distintiva en el 2012, las cuentas fiscales ordenadas y equilibradas, y la excelente performance con que terminan el año las exportaciones de mostos y espumantes en materia vitivinícola además de un razonable comportamiento de la cadena agroindustrial han sido factores fundamentales para sostener un año de crecimiento económico. Ese crecimiento es menor a otros años, es cierto (se estima un aumento del 5%); lo cual es destacable en un contexto macroecómico que fue complicado. Las mayores dificultades que impactaron en la economía provincial y la hicieron funcionar a medias no fueron generadas en San Juan. Por empezar, Brasil dejó de ser un motor para las exportaciones sanjuaninas debido a las trabas fronterizas que por prolongados lapsos lograron cerrar las puertas a los envíos locales, a causa de la profundización de una política nacional complicada con el vecino, y que escapa de las manos de una provincia. Tampoco pudo hacer mucho más que protestar el gobierno local cuando una disposición nacional achicó el plazo de liquidación de divisas de las mineras, lo que retrajo las exportaciones y la provincia se perdió de cobrar un 13% en el 2012 en concepto de regalías, el tributo directo a la industria minera que se comparte con los municipios que acogen las minas. La tan peleada promoción industrial llegó a su fin, sin que las negociaciones políticas de las provincias involucradas lograran hasta el momento reflotar el decreto presidencial 699 que posibilitaba a los industriales utilizar los cupos impositivos que les quedaron pendientes. Hoy la estrategia pasa por buscar junto a la Nación un ‘traje a medida’ para cada empresa sobre el cual hasta el momento el sector tiene más dudas que certezas. Y la sequía, por último; volvió a ser el gran dolor de cabeza acechando cosechas y chacras.