Otra era la realidad económica del país y la provincia allá por el año 2010, cuando empresarios sanjuaninos decidieron invertir en lo que hasta entonces era una vieja casona de esquina, una de las últimas en pie en la zona céntrica y que databa de antes del terremoto del ‘44 (ver recuadro). Es que en la esquina de avenida Libertador y calle Gral Acha -vereda noreste- se invirtieron más de 3.000.000 de pesos para montar un moderno edificio de 896 m2, entre subsuelo, planta baja y planta alta, con un claro fin comercial y con la idea de que allí se instale un solo negocio, aunque está armado como para que, en su defecto, se pueda dividir en 7 pequeños locales, según precisó David Márquez, propietario de la inmobiliaria que comercializa el inmueble.

‘’El local está en una posición inmejorable, que en otro momento de la economía de la provincia y del país se hubiera alquilado seguramente en muy poco tiempo. Hoy la realidad es otra, se apunta a que se pueda cerrar con un solo negocio, por muchas razones es conveniente, se evitan problemas y todo suele ser más simple; aunque no descartamos que terminemos dividiéndolo, pero ahora es una opción que no barajamos’’, comentó Márquez. Hace casi 4 meses que la empresa empezó de forma fuerte con la publicidad, y a la fecha pasaron varios interesados, pero aún están lejos de firmar un contrato de alquiler, monto que no quisieron hacer público pero que fuentes del sector ubican ‘’por encima de los 60 mil pesos’’, por la importante ubicación que ostenta y la poca disponibilidad que hay en el microcentro de locales con esas dimensiones.

Entre los rubros que golpearon la puerta de la inmobiliaria para conocer las condiciones están -según Márquez- una entidad bancaria, una cadena gastronómica y otra de electrodomésticos, trío que hasta ahora no tiene locaciones en la provincia de San Juan.

Un llamador, en el cual previamente confiaban los propietarios del inmueble, es que se trata de una esquina vistosa, de las pocas que quedaban sin explotación comercial en el centro sanjuanino. La obra tardó poco más de dos años, e inicialmente iba a concluirse en el primer trimestre del año 2013, pero hubo distintas demoras, entre ellas fue el tiempo de más que se tardaron en deshacerse de los cimientos de la casona y que, por tratarse de un sitio muy transitado, no pudieron echar mano a otros dispositivos para que la demolición sea más ágil, como por ejemplo la utilización de máquinas de gran porte.

El local comercial cuenta con 405m2 de subsuelo, otros 405m2 de planta baja y 86m2 en planta alta, y el diseño contempló plantas libres, es decir sin divisiones de mampostería y completamente vidriado en su frente (arriba y abajo), lo que lo hace ideal para cualquier negocio que busque exhibir sus productos en un punto de mucho tránsito. Con estas dimensiones, resulta más grande que -por ejemplo- el local que explota una entidad bancaria en la esquina noreste de calle Gral. Acha y Rivadavia, o también los de las esquinas del cruce de las peatonales, indicaron las fuentes consultadas por este diario.