Un informe reciente de la Organización Internacional de la Vid y el Vino (OIV) señala aspectos importantes a tener en cuenta en aspectos de la coyuntura mundial que hay que tener en cuenta para que nuestro sistema productivo argentino (viñateros, bodegas, mosteras y exportadores) tengan en cuenta para delinear a futuro inmediato la producción vitivinícola. Sin datos seguros y estadísticas no hay plan posible que sea positivo en un mundo del vino totalmente globalizado.
La principal noticia es que en el 2018 la producción mundial de vino fue de 292 millones de hectolitros, un aumento neto de 42,5 Mill.hL con respecto a la producción de 2017, que fue históricamente baja. En un contexto de Argentina, donde ya casi finalizada la vendimia 2019, tendremos una merma de cosecha de algo más de 200 millones de kilos de uva, y que esto disminuirá seguro un poco los stocks y supone alentar las exportaciones, que haya más vino en el mundo no es una buena noticia. Más claro si tenemos en cuenta que la evolución del consumo mundial de vino experimentó un paro en 2018 debido principalmente a la leve reducción del consumo en China y Reino Unido, dos países donde las bodegas del mundo apuntaron toda la artillería para la venta.
Se calcula que el consumo mundial de vino en 2018 asciende a 246 Mill. hL, lo que representa una leve disminución con respecto a 2017. Pasando los números en claro, la producción mundial del 2018 ha dejado 46 millones de hectolitros de vino de excedentes, a lo que se le debe añadir los excedentes de años anteriores, cifras no estimadas en el informe.
Algo que puede ser alentador es la baja de la producción de manzanas y peras en Europa debido al clima extremo, lo mismo que en el norte de China lo que dará lugar a una fuerte caída de la producción de manzana, pera y uva de mesa en el país en 2018/19.Esto puede generar una disminución de la producción de jugos de estas frutas y aquí el mosto o jugo de uva concentrado argentino puede suplir esta falta lo que sumara al incremento de las exportaciones de zumo de uva en este año.
EL CONSUMO
Estados Unidos, primer consumidor mundial desde 2011, vuelve a registrar un aumento de la demanda interna. En 2018, alcanza los 33 Mill.hL, lo que representa un pequeño aumento (1,1%) con respecto al año anterior. De hecho, desde el año 2010, se produce un aumento prácticamente constante del consumo de aproximadamente 1 mhL/año. En Sudamérica, el consumo disminuye en 2018 con respecto a 2017, principalmente en Argentina (8,4 Mill. hL; reducción del 6,3% con respecto a 2017) y en Chile (2,3 Mill.hL; reducción del 1,5% con respecto a 2017). No obstante, el consumo de Brasil en 2018 permanece prácticamente estable con respecto a 2017 y alcanza los3,6 Mill. hL.
En los países europeos tradicionalmente productores y consumidores, el consumo permanece prácticamente estable frente al año anterior en Francia (26,8Mill.hL) y en Italia (22,4Mill.hL).
Los datos sobre Alemania indican la estabilización del consumo en 20 Mill.hL. En 2018 y por tercer año consecutivo, España aumenta ligeramente el consumo y alcanza los 10,7Mill hL. Portugal también registra un aumento del consumo de vino y alcanza los 5,5 Mill.hL en 2018.
COMERCIO INTERNACIONAL
En 2018, el consumo de vino de Reino Unido disminuye a 12,4Mill hL (reducción del 2,6% con respecto a 2017). Por lo que respecta a China, en 2018, el consumo se reduce en un 6,6% con respecto a 2017 y alcanza los 18 Mill hL. Se produce un cese repentino de la rápida evolución del consumo experimentada a principios de la primera década del siglo XXI.
La OIV señala que el método de evaluación del consumo por balance debe utilizarse con prudencia, pues no suele tenerse en cuenta la situación de las existencias y transformaciones. Además,los niveles de producción bajos, como el registrado en 2017, pueden repercutir en la evaluación del nivel de consumo de 2018. En Sudáfrica, el consumo registra un leve retroceso entre 2017 y 2018 y alcanza los 4,3Mill.hL. En Oceanía, la demanda interior australiana sigue al alza y alcanza los 6,3Mill. hL(un 6,1% más que en 2017), mientras que el consumo neozelandés, con 0,9Mill. hL, permanece prácticamente estable.
En 2018, el mercado internacional del vino, considerado como la suma de las exportaciones de todos los países, alcanza un volumen de 108 Mill.hL, lo que equivale a un ligero aumento (0,4%) con respecto a 2017, y un valor de 31.300 millones de euros, lo que equivale a un aumento del 1,2%
Con 20,9 Mill.hL y una cuota de mercado mundial del 19,4%, España sigue siendo el primer exportador en volumen. La evolución de los volúmenes exportados varía en función del país. Se observan aumentos con respecto a 2017 de las exportaciones de Australia, Estados Unidos y Argentina. Sin embargo, en 2018, se registran disminuciones de las exportaciones de España, Italia, Francia, Chile y Sudáfrica con respecto a 2017. Hay aumento de las exportaciones, sobre todo en los principales países exportadores europeos: Francia (2,8% más), Italia (3,3% más), España (1,9% más), Alemania (2,6% más) y Portugal (3,1% más). El único país que aumenta el valor de sus exportaciones, aparte de los europeos, es Australia (3,2% más). Los descensos más acusados se registran en Estados Unidos (6,2% menos), Argentina (5,5% menos), Chile (5,2% menos) y Nueva Zelanda (4,6% menos). Los vinos embotellados representan el 53% del comercio internacional en volumen, lo que indica una reducción del 8,% con respecto a 2017. Los vinos espumosos vuelven a protagonizar la mayor subida, tanto en volumen como en valor global. El comercio internacional de vinos espumosos alcanza, de este modo, un 9% de los intercambios en volumen y sigue aumentando tanto en volumen como en valor (aumento del 3,7% y del 6,3% con respecto a 2017, respectivamente). Una parte importante del volumen de vino exportado por Italia y Francia recae en los vinos espumosos (20% y 13%, respectivamente). Por lo que respecta al valor, los vinos espumosos representan el 20% del mercado internacional. Los vinos a granel representan un 8% del valor total de las exportaciones de vinos.