Frente a la decisión del Gobierno nacional de reducir el impuesto interno a la cerveza, principal competidor del vino, surgió la voz de alarma tanto desde el Gobierno sanjuanino como de las entidades vitivinícolas de la provincia, porque alertaron que se puede profundizar aún más la baja en el consumo, que ya de por sí viene complicada. “Vamos a peticionar ante las autoridades nacionales para que ese tributo siga vigente”, dijo el ministro de Producción, Andrés Díaz Cano. No es la primera vez que hay disposiciones polémicas que terminan perjudicando a la actividad.
Mediante la reforma tributaria aprobada pocas semanas atrás, la administración macrista dispuso gravar a la cerveza con un 14% de impuesto interno pero ahora, a través de la reglamentación de la norma, según adelantó el diario La Nación, llevará el tributo a sólo 10% (dos puntos porcentuales por encima de lo que estaba antes de la reforma).
El artículo 111º de la reforma tributaria promulgada modificó el artículo 25º de la ley de impuestos internos y estableció un incremento al 14% (desde el 8% anterior) para las cervezas. No obstante, las versiones artesanales quedaron gravadas con un 8%. Ese porcentaje seguirá sin cambios. En tanto, quedaron exentas las cervezas que tengan hasta 1,2 grados de alcohol en volumen.
Enterados de estos cambios, creció el malestar en la industria del vino porque las bodegas son directos competidores de la cerveza. “En el Gobierno sanjuanino estamos preocupados porque se da en un contexto de una pronunciada baja en el consumo del vino y por eso, incluso, ya veníamos trabajando en algunas medidas como la baja de la graduación alcohólica”, dijo el ministro Díaz Cano.
El cambio se suma a otras resoluciones que han afectado la actividad vitivinícola, como la prohibición de realizar publicidad del vino en la vía pública en la Ciudad de Buenos Aires (ver aparte), la falta de restricciones a la importación de caldos provenientes de Chile y la decisión de no incluir a San Juan en el Plan Belgrano, que perjudica el transporte de cargas hacia los principales centros de consumo.
También en el sector bodeguero y viñatero local se levantaron voces de protesta porque entienden que este cambio puede llegar a perjudicar aún más al sector (ver aparte).
El debate por los impuestos a las bebidas alcohólicas empezó a fines del año pasado, cuando la administración nacional evaluó gravar al vino con un nuevo tributo, y aplicar un 10% al vino y el 17% a los espumantes, y empezaron las gestiones que tuvieron éxito en noviembre del año pasado. La preocupación involucró a toda la vitivinicultura argentina -incluyendo a los viñateros, bodegueros y entidades, además de los gobiernos de las provincias productoras de San Juan y Mendoza-. Fue así que en un encuentro con el presidente Mauricio Macri en Casa Rosada, los gobernadores Sergio Uñac (San Juan) y Alfredo Cornejo (Mendoza) lograron que el Gobierno nacional hiciera marcha atrás con el plan.
El mayor temor era que un aumento de precio iba a provocar mayor caída de consumo. Según datos del sector, la alarmante baja en la ingesta de vinos hizo que en el 2017 se comercializaran 65,8 millones de litros menos que el año anterior, lo que representa una caída del 5,7%.
Un antecedente
A fines del 2016, la Legislatura porteña aprobó la normativa que prohibía la publicidad de bebidas alcohólicas en la vía pública por su presunto perjuicio en los jóvenes. Fue luego de una fiesta electrónica en la que incluso hubo muertos, por haber consumido drogas y en la que también hubo alto consumo de alcohol. Pero luego de intensas gestiones y de la preocupación que había generado en el sector vitivinícola, se logró que mediante una resolución del Ministerio de Agroindustria de la Nación se permitiera a las bodegas combinar su publicidad en Buenos Aires con la campaña del Vino Bebida Nacional. La idea fue fomentar el consumo responsable del vino, que es un patrimonio argentino, para lo cual tuvieron que intervenir los gobiernos provinciales.
Hablan los involucrados
EDUARDO GARCÉS
Federación de Viñateros
“No se entiende la medida cuando obtener un litro de vino lleva casi dos años, el primero por la uva y el segundo por la elaboración. También hay que mejorar los controles y trabajar en la cadena de valor”.
ÁNGEL LEOTTA
Coviar
“Estamos muy preocupados porque si se aprobó una ley fijando determinados impuestos y ya se la está rectificando, no deja una buena imagen que digamos. El vino ya viene con un problema de caída en el consumo”.
JUAN JOSÉ RAMOS
Viñateros Independientes
“La preocupación es de todo el sector vitivinícola porque el cambio nos va a terminar afectando a todos. Es importante que abramos el paraguas antes de que llueva, como dice el refrán, para no quedar en desventaja”.
JOSÉ EDUARDO MOLINA
Productores Vitícolas
“Es otra marcha atrás que perjudica a nuestra actividad y no entendemos cuál es el objetivo. Parece que no se entiende que hay que apoyar a la economías regionales y este tipo de decisiones no ayudan para nada”.