Tres semanas después de que Cristina Kirchner deje el sillón presidencial, el 31 de diciembre próximo, el Gobierno nacional deberá suprimir el régimen de las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importaciones (DJAI) que causó las trabajas a las compras de insumos del exterior (ver aparte) y que afectó a distintos sectores de la economía nacional y local. Expertos industriales y productores consultados por DIARIO DE CUYO expresaron su acuerdo ante esta nueva oportunidad, ya que genera beneficios que daban por perdidos y los podrán recuperar a partir de ese momento, y coincidieron en que hay al menos seis sectores para los que será una buena medida: el minero, agrícola, de salud, electrodomésticos y artículos para el hogar, vitivinícola y textil. En todos los casos, explicaron que el levantamiento del cerrojo importador debe ser bien reglamentado para que no dañe la competitividad de la industria nacional.

Uno de los sectores que festeja ante esta nueva medida es el minero, porque las maquinarias utilizadas para la explotación son internacionales y les resulta difícil conseguir los repuestos de inmediato ante alguna rotura. “La minera por ejemplo demanda de afuera partes de maquinarias pesada. Lo bueno es que no tengamos que depender de una DJAI para ingresar algo que en argentina no se pueda fabricar, por ejemplo un comando final de una maquina o una computadora que maneje la bomba inyectora. No es que no tengamos la capacidad para hacerlo acá sino que no tenemos el volumen de negocio”, opinó al respecto Alejandro Donna, director General de la Cámara de Servicios Mineros. Ricardo Martínez, titular de la Cámara Minera coincidió con Donna pero además agregó al sector agroindustrial, ya que también es productor de aceite de oliva: “el agrícola sufre con algunos agroquímicos, pero ese sector ha avanzado un poco más porque es más autosuficiente que el minero. Para el agro podemos elaborar muchas maniobras o posibilidades de reemplazo, aunque también tenemos problemas con los equipos porque te dicen que lo desarmes para que compres alguna parte en Argentina”, se quejó Martínez.

Más de un sanjuanino se vio afectado por esta medida cuando tuvo que adquirir algún medicamento o al hacerse un estudio complejo, “siempre estamos con el aliento en la última punta de la lengua porque entran a cuenta gotas, también perjudica a laboratorios que dependen de algún reactivo o algún insumo importado. En tecnología, por ejemplo en San Juan no hay oferta de transductores para los ecógrafos”, explicó Marcelo Delgado, Interventor de la Obra Social Provincia. Ni hablar de si se rompe un electrodoméstico importado, para lo cual hay que disponer de 6 o hasta 7 meses para que dejen ingresar el repuesto, “a veces hay que decirle al cliente que se lo lleve porque sabemos que la pieza no va a llegar nunca”, dijo hace pocos días Fernando Coria, propietario de una casa de repuestos. Para el sector vitivinícola no ha sido una legislación muy compleja, ya que han logrado suplir los inconvenientes que se le presentaron, “teníamos problemas para conseguir corchos pero de a poco se normalizó la situación y sólo se siente con insumos tecnológicos como las máquinas de hacer la caja de tetra”, dijo Horacio Ripalta, gerente de la Cámara de Bodegueros.

Los únicos que están un poco temerosos son los de la industria textil, para quienes el levantamiento de las trabas es un arma de doble filo que deberá regularse, “porque por un lado se ha logrado reflotar la competencia de producción nacional gracias a la traba de la importación, pero es un sector que también compra al exterior telas y tintas, además de resina plástica para el calzado”, aseguró Gustavo Fernández, vicepresidente de la Unión Industrial.