Con las operaciones de venta de ajos prácticamente finalizadas, los números para los productores sanjuaninos no terminaron de cerrar. Si bien el precio internacional de la caja de 10 kilos de ajo blanco se ubicó en un promedio de 20 dólares, lo que fue definido como un “buen valor” por integrantes del sector, los costos internos alcanzaron esa cifra, por lo que la rentabilidad se vio licuada. “Después de 4 o 5 años de quebranto, este año no hemos perdido plata, pero tampoco hemos obtenido muchas utilidades”, destacó Javier García, el presidente de la Cámara de Productores, Empacadores, Exportadores de Ajos y Afines. Así, y pese a que paulatinamente se han ido reduciendo las hectáreas del producto hasta quedar en cerca de 600, el directivo manifestó esperanzado que “apostamos a que se van a mantener las unidades productivas”, a la espera de mejoras en las condiciones a nivel nacional para exportar.
El ajo blanco sanjuanino se posicionó en el mundo por su calidad y tiene como principales destinos a Estados Unidos y Europa. Para la temporada 2006 – 2007, eran 2.800 las hectáreas plantadas en la provincia. Pero la escasez de agua y los altos costos internos llevaron a que los productores consideraran que la actividad no sea rentable y se volcaran a cultivar otras hortalizas. La crisis es a nivel nacional, al punto que la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, junto a representantes de los ajeros de Mendoza, han solicitado medidas para paliar la situación (ver recuadro).
En la campaña que acaba de finalizar, el sector tuvo como punto a favor los vaivenes internacionales. Es que los acuerdos comerciales entre China y Estados Unidos se cayeron y el país del norte salió a buscar el ajo sanjuanino, según explicó García. Así, la caja de 10 kilos alcanzó un promedio de 20 dólares, un valor similar al que tuvo el año pasado. Pero el problema radica en los costos locales. “Los valores de producción, del flete y de los agroquímicos, por ejemplo, que han subido por la inflación, nos dejan sin competitividad”, señaló el productor Bruno Perín. Por su parte, Alfredo Figueroa destacó que los costos están por encima de los 20 dólares por caja de 10 kilos, pero explicó que tratan de amortiguarlo manteniendo la misma semilla y ajustando las inversiones, por ejemplo. En ese escenario, el titular de la Cámara de Ajeros manifestó que “creo que ninguno este año ha perdido, pero tampoco ha habido utilidades”. Así, la crítica del sector apunta al atraso cambiario y a la inflación, lo que quita competitividad en el mercado internacional. Para la temporada que arranca en marzo, “no creo que se siembre más, pero desde la Cámara instamos a mantener las hectáreas este año, a hacer un esfuerzo”, dijo García. Un tema sobre el que pondrán la lupa es la cantidad de agua para riego y los días de corte que implemente el Departamento Hidráulica. Sucede que la falta de agua atenta contra el calibre de los bulbos.

