Por culpa del hallazgo de cocaína en cajones de manzanas de frigoríficos rionegrinos, en junio pasado, los exportadores sanjuaninos de uva en fresco van a estar en jaque esta temporada: la Aduana implementará un control antidrogas inédito en las 17 plantas de empaque locales para evitar cualquier posibilidad de que vuelva a ocurrir un caso de contrabando como el que sucedió en los frigoríficos de frutas de Río Negro.

Es que el denominado caso "Manzanas Blancas" que derivó en un megaoperativo internacional y el desbaratamiento de una super banda dedicada al narcotráfico en España (ver aparte) ha dejado sensibilizados los ánimos y las cosechas sanjuaninas son las que van a sentir los efectos del recrudecimiento de los controles.

Héctor Jofré, actualmente a cargo de la Aduana de San Juan (mientras dure la licencia de Juan Carlos Benitez) dijo a DIARIO DE CUYO que esta temporada se va a aplicar con rigurosidad el control del narcotráfico en las frutas, y las uvas para consumo en fresco -una cosecha que comienza en los próximos 10 a 15 días- va a ser muy controlada. "Viene más personal, vamos a incrementar entre un 25 y un 30 por ciento la dotación para poder inspeccionar las uvas", dijo Jofré.

El control aduanero del narcotráfico implica que a los frigoríficos a los que se les asigne el "canal rojo" -un proceso de selectividad que se realiza en Buenos Aires según procedimientos que no fueron revelados- le van a mandar los inspectores, éstos abrirán las cajas ya embaladas y revisarán los productos que se estén por exportar para constatar que no tengan drogas.

Los despachantes de aduana y la Cámara de Comercio Exterior están preocupados y en alerta por esta novedad: temen que estos controles signifiquen una demora -en horas o días- que los puede hacer perder el turno de embarque en puerto, por ejemplo; además de que los controles y el salario de los inspectores los debe costear el exportador.

El despachante de aduana, Danilo Carracedo, contó que hace poco un embarque de pasas se comenzó a revisar a primera hora de la tarde y terminó a las 9 de la mañana del día siguiente. Y se abrieron todas las cajas ya embaladas para revisarlas. El problema con la uva en fresco es que requiere de un proceso rápido entre la cosecha y el embalaje porque necesita ser llevada a las cámaras de frío para que conserve su calidad y buen estado hasta llegar a los destinos, principalmente europeos.

Las dudas

Antonio Giménez, presidente de la Cámara dijo que han tenido reuniones con la aduana para acordar "un formato que no entorpezca la salida de la mercadería", y como muestra de buena voluntad, el sector privado va a colaborar colocando un precintado a las cargas que no pasaron por la inspección de "canal rojo", para facilitar la visualización de los inspectores.

"Es un beneficio implementar un sistema para evitar el narcotrafico, beneficia al sector y le garantiza no tener problemas con las cargas, y quiero destacar la predisposición de la Aduana para mantener los altos y rigurosos controles y facilitar una salida para agilizar la salida de la mercadería", dijo Giménez, intentando llevar tranquilidad al sector.

Pero al no haber aún una comunicación oficial, los despachantes de aduana están preocupados.

"Hasta la fecha no hemos tenido ninguna notificación de cuáles van a ser los procedimientos. Si a una exportación le sale "canal verde" sigue con los lineamientos tradicionales de exportación. El problema es que si sale "canal rojo" ahí al exportador le va a complicar la vida. El inspector de aduana va a tener que ir a la planta y no se va a poder cargar hasta que termine", explicó Carracedo. "Si van a abrir el 100% de la carga, va a ser mucha pérdida de tiempo y un mayor costo para el exportador que debe pagar el servicio aduanero", agregó.

Desde la Aduana, Jofré dijo que "la idea es ejercer el control, sin entorpecer el comercio exterior", y destacó que si bien la normativa contra el narcotráfico no es nueva, "como consecuencia de lo de Villa Regina (Río Negro) los controles se han hecho más estrictos, ahora vamos a ser más detallistas". No obstante, descartó que los controles vayan a implicar abrir todas las cajas de frutas embaladas. "Vamos a ir a las plantas y a medida que estén cargando le vamos a pedir que abran algunas", dijo.