En las grandes decisiones de la minería se sienta en la mesa un jugador más que terminará teniendo la última palabra: la naturaleza. Es que luego de años de exploración e inversión, son las condiciones naturales las que determinan en gran parte cómo serán los procesos que se usarán para extraer los minerales. Esto definirá no sólo la ingeniería, también el esquema de costos, porque hay procesos más caros que otros para obtener riqueza del subsuelo. Para esto, los geólogos e ingenieros primero deben determinar qué tipo de yacimiento encontraron y de ahí son pocos los caminos que quedan. Aunque hay investigaciones para poder aprovechar cada vez más y de forma más eficiente todos los recursos naturales, hay limitaciones que siguen presentes.

Mario Hernández, geólogo, empresario y expresidente de la Cámara Minera, explicó a DIARIO DE CUYO cómo juegan los factores geológicos en el desarrollo de esta industria. Existe una distinción de base que definirá dos grandes caminos a la hora de obtener metales de la roca. Esto depende de si la naturaleza sola hizo parte del trabajo a lo largo de millones de años. Hay dos tipos de yacimiento, los primarios, donde la roca se mantuvo estable desde que se formó. El segundo gran grupo son los oxidados, donde el agua disolvió y concentró estos componentes. “Sucede lo mismo que si uno deja un metal al aire libre, que al tiempo se pone rojo y se oxida”, ilustró el especialista. Pero lo que sucede en las cordilleras, requiere de mucho más tiempo y también es en volúmenes enormes.

Así, los yacimientos oxidados son las joyitas para la industria. Durante millones de años, la acción del agua de lluvia o nieve va atacando los minerales naturales y los arrastra. En general, se depositan concentrados en alguna región del subsuelo. Gracias a esto, se considera que los yacimientos oxidados o supergénicos, como los denominan los especialistas, tienen las riquezas más disponibles. Esto también implica menos trabajo y esfuerzo para extraerlo, por lo que suelen ser más rentables.

En el caso de los yacimientos primarios, la roca es más estable y no tuvieron esta concentración previa por vías naturales. En el caso de la cordillera sanjuanina, se formaron por ascenso de magma. Para poder liberar las partículas que tienen valor, como el cobre o el oro, es necesario que la roca pase por molienda. En la minería, la trituración es el primer paso, donde se lleva la roca a un centímetro de tamaño. En cambio, para que se considere molienda, la roca debe convertirse en un polvo fino, prácticamente talco.

Mientras que en el caso de los minerales oxidados solo con trituración basta, también el proceso químico para extraerlo es más fácil. Es que las empresas suelen tener que emplear lixiviación, que es una extracción química con agua y algún químico que “capte” el metal necesario. En el oro, la lixiviación se hace habitualmente con derivados del cianuro y en el caso del cobre con ácido sulfúrico. Es que los técnicos sólo deben “terminar” la tarea que ya inició la naturaleza con el lavado que aplicó durante millones de años.

En los primarios, en cambio, llegará un punto donde será necesaria la separación química, pero antes, con el producto de la molienda, suelen recurrir a la flotación. Para esto se le agrega agua al polvo y luego se le inyecta aire para generar burbujas, que tienen la mayor parte del metal concentrado. Será este concentrado el que trabajarán en un paso posterior, para obtener oro, plata, cobre u otros productos minerales.

De esta manera, los procesos de los minerales oxidados son menos, al no tener molienda consumen mucha menos energía, ya que se trata de máquinas gigantescas. Según Hernández, los procesos que van a lixiviación directa utilizan un 35% de la energía que los necesarios para la flotación. También se reduce la cantidad de agua necesaria. En yacimientos oxidados, se utiliza un 80% menos de agua que los primarios, porque la lixiviación es el método que menos litros requiere y porque además permite un porcentaje mayor de reutilización de la misma porque es un sistema cerrado.

A continuación, el detalle de seis de los proyectos mineros y minas en funcionamiento más importantes de San Juan, y el método de producción previsto para cada uno de ellos.

 

JOSEMARÍA
> Misterio de las reservas oxidadas

El proyecto Josemaría cuenta con un yacimiento de minerales primarios, lo que se conoce como pórfidos de cobre. En el plan de explotación que presentaron y que aceptó la comisión CIEAM, extraerán el metal a través molienda y flotación. Luego de obtener un concentrado de cobre, este será transportado al puerto de Rosario para continuar el proceso fuera del país. Subyace todavía un misterio, según explicó uno de los geólogos del proyecto, Juan Arrieta: encontraron una parte menor, cerca del 6% del mineral oxidado. No saben qué pasó con el resto, pero creen que podría haberse perdido por erosión del terreno. Esta cantidad no es suficiente para que sea factible la explotación y por eso no podrán recuperarla por lixiviación.

GUALCAMAYO

> La encrucijada de los minerales 
La mina Gualcamayo inició su explotación con el yacimiento conocido como Quebrada del Diablo, un cuerpo con buenos valores de roca oxidada. Esto permitió que empiecen con lixiviación y por eso la empresa siguió buscando reservas de mineral de este tipo. Así descubrieron otra zona conocida como Quebrada del Diablo bajo oeste. Para extraer de este sector lo hicieron con minería subterránea. El siguiente descubrimiento fue Carbonatos Profundos. Esta zona no puede ser extraída de forma subterránea y además la mineralogía es distinta, por lo que no se puede lixiviar y es necesaria una molienda más fina. Por eso, el proyecto deberá rediseñarse. Minas Argentinas ya retomó las exploraciones para este proyecto en Jáchal.

VELADERO 

> Las claves de la mina más grande 
Otra de las grandes decisiones que dependen enteramente de la naturaleza, es si una mina será a cielo abierto o subterránea, según la diseminación que tiene el mineral valioso. Veladero es un ejemplo de un depósito muy amplio, que exige la extracción con open pit. La mina de oro tiene un depósito de alta sufidación, por lo tanto oxidado, que se aloja en sedimentos volcánicos, tobas y brechas volcánicas. Esto implica que es posible trabajarlo a través de lixiviación. Una particularidad del proyecto, es que la plata aparece de forma distinta del oro, más diseminada y difusa. Esto podría ser porque llegó a la roca en un momento y a través de un proceso natural distinto. Todo eso fue determinante para planificar la producción.

 

 LOS AZULES

> Óxidos y minerales primarios juntos 
El gigante de cobre, que se encuentra tramitando su Informe de Impacto Ambiental, es un yacimiento oxidado con grandes cantidades de este metal: es el octavo en el mundo. El proyecto avanzará con lixiviación, gracias a que la zona lo permite, y también podrá extraer el cobre a través de electrólisis en la misma mina. De esta manera, obtendrán placas de cobre de 99% de pureza listas para vender. A esto se suma que descubrieron la zona áreas de minerales primarios y probarán un método que podría permitir extraer el metal a través de lixiviación de este tipo de mineralización, usando bacterias. Si logran incorporar esta tecnología, para la que ya tienen un acuerdo comercial, podrían extender la vida de la mina a 40 años.

HUALILÁN 

> Un histórico de la minería revive 
El yacimiento del proyecto Hualilán, ubicado en Ullum, podría convertirse en la mina de oro más cercana a la Ciudad de San Juan. Por su mineralización donde predominan los de tipo primario, será necesario el uso de trituración primaria, molienda y luego flotación para obtener un concentrado. Es también un yacimiento disperso, por lo que será una mina a cielo abierto. Otra de las particularidades que tiene este proyecto es que no será la primera vez que la industria se fija en esa zona. Hualilán es una de las minas histórica que tuvo la provincia y fue explotada por primera vez en 1872. A pesar de que estaba “agotada” para las técnicas que había en la época, hoy tiene 22 años de vida útil por delante, según los estudios.

CASPOSO

> La ventaja de estar cerca de todo
Si bien la explotación de yacimientos oxidados es más rentable, encontrar reservas primarias pero con ventajas como estar muy cerca de centros urbanos cambia las ecuaciones. Este es el caso de Casposo, la minera de oro que tenía una mineralización sin óxidos, pero se encuentra a 2.400 metros sobre el nivel del mar, está a 30 minutos de Calingasta y por lo tanto no requirió ni siquiera un campamento, ya que los trabajadores podían volver a sus casas. En este proyecto, realizaron un sistema de extracción dual, tanto subterráneo como a cielo abierto, y con una concentración posterior a través de cianuro pero, en lugar de pilas o valles, utilizaba tanques donde dejaban actuar la solución.