La Organización Mundial de la Salud ha declarado a marzo como el Mes Mundial de la Audición, fecha en que se busca promover la detección temprana de cualquier tipo de problema o deterioro auditivo que se pueda presentar en las personas de todo el mundo.

“La sordera, deficiencia auditiva o hipoacusia, es la disminución de la sensibilidad auditiva que consiste en la dificultad para escuchar sonidos, si no se atiende a tiempo puede afectar el desarrollo del habla, el lenguaje y la comunicación. Puede presentarse en uno o ambos oídos”, explicó la Dra. Viviana Catarutti, Médica Clínica de OSPEDYC.

La pérdida de la audición puede presentarse desde el nacimiento, por causas congénitas o desarrollarse en cualquier etapa de la vida por factores adquiridos. Entre las causas congénitas se incluyen: las hereditarias y las no hereditarias, complicaciones durante el embarazo o el parto, infecciones maternas, el uso inadecuado de ciertos fármacos durante la gestación, entre otros factores.

En cuanto a las causas adquiridas se encuentran el envejecimiento, las infecciones crónicas del oído, las enfermedades infecciosas como la meningitis, el sarampión y la parotiditis, la obstrucción del conducto auditivo por cerumen o cuerpos extraños, los traumatismos craneoencefálicos, el consumo de algunos medicamentos ototóxicos y las exposiciones a ruidos fuertes y prolongados.

Grupos afectados
De acuerdo a cifras emitidas por la OMS, se calcula que, en 2050, más de 900 millones de personas -es decir, una de cada 10- sufrirá una pérdida de audición discapacitante.

Respecto a los más jóvenes se calcula que 1100 millones de personas (entre 12 y 35 años de edad) están en riesgo de padecer pérdida de audición por su exposición al ruido en contextos recreativos. Asimismo, el 60% de los casos de pérdida de audición en niños se deben a causas prevenibles.

En cuanto a las personas mayores de 65 años aproximadamente, una tercera parte de esta población padece pérdida de audición discapacitante.

“En Argentina -continuó Cantarutti-, toda persona recién nacida tiene derecho a un estudio de audición en los primeros días de vida, llamado Otoemisiones Acústicas (OEA). El análisis de su resultado forma parte de los primeros controles de salud del bebé, por lo que si no fue realizado antes de salir de la maternidad debe solicitarse un turno y determinar un lugar para realizar el estudio”.

Prevención
Para proteger la audición durante todas las etapas del curso de vida es necesario evitar los sonidos intensos y constantes porque deterioran la capacidad de oír. Esto implica, moderar el volumen de auriculares y parlantes así como, utilizar protección auditiva en los entornos laborales ruidosos.

El uso prolongado de auriculares puede tener un impacto significativo en la audición, desde pérdida auditiva temporal hasta condiciones más serias como la sinaptopatía auditiva.

Debido a la proximidad de los auriculares a las delicadas estructuras del oído interno, la posibilidad de una pérdida de audición relacionada con el ruido se ha transformado en un riesgo para la salud auditiva. Así, el uso de auriculares es un arma de doble filo. Si bien ofrece conveniencia y entretenimiento personalizado, también plantea riesgos para la salud auditiva.

Por OSPEDYC