A mediados de febrero se anunciará en Dubái el ganador del Global Teacher Prize, conocido como el “Nobel de la Educación”. Entre los diez finalistas que aspiran al premio de un millón de dólares se encuentra Karina Sarro, una docente bonaerense que compite con otros educadores de Australia, Francia, Malasia, Malawi, India, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Arabia Saudita y Colombia.

El Global Teacher Prize es un reconocimiento internacional organizado por la Fundación Varkey en colaboración con la UNESCO. De acuerdo con la organización, el premio distingue a “docentes excepcionales” que hayan realizado “contribuciones destacadas a su profesión”.

Karina Sarro y el colombiano Ramón Maje Floriano son los únicos representantes de América Latina, en este concurso en el que hubo más de 5.000 nominaciones y postulaciones de casi 90 países.

Sarro reparte su tiempo entre cuatro escuelas bonaerenses. Una de ellas es la Escuela de Educación Secundaria N¦50 “Francisco Álvarez”, donde los recursos son escasos y, en días de altas temperaturas, debe dar clases bajo los árboles. En esta institución, la docente trabaja para acercar la tecnología a sus alumnos: utiliza simuladores gratuitos, actividades fuera de línea y componentes reciclados, garantizando la participación de todos los estudiantes. También lleva sus conocimientos a secundarias para adultos (CENS 451 y 454) y a la Escuela Secundaría Politécnica de la Universidad Nacional de Moreno, donde impulsa una diversidad de proyectos.

Uno de estos es “Educiudad 4.0, donde los estudiantes desarrollaron un sistema de monitoreo para medir el consumo de energía y la calidad del aire en una ciudad sustentable. Además, diseñaron una ecoaspiradora para mantener el aula limpia, utilizando componentes reciclados como botellas plásticas y motores eléctricos. En otra iniciativa, sus estudiantes construyeron cargadores solares portables con materiales reciclados.

Karina también imparte talleres, en consonancia con uno de sus sueños: crear su propia consultora educativa, “E Pekes”. Este proyecto tiene como objetivo empoderar a los educadores, fortalecer sus herramientas pedagógicas y, de ese modo, generar un impacto significativo en la vida de los estudiantes.

La nominación de Sarro al “Nóbel de la Educación” fue por parte de su esposo. “Me sorprendió un montón. Creo que es una de las personas que ve lo que trabajamos, tanta cantidad de horas que lleva, no solamente en las cuestiones áulicas, sino el después”.

Los profesores que se postulan son evaluados según sus prácticas pedagógicas. Se tiene en cuenta su innovación para abordar desafíos locales, los resultados que consiguen y cómo estos impactan en la comunidad. También se analiza cómo mejoran la profesión docente y si obtienen reconocimiento de organismos externos.

El ganador será elegido por un jurado compuesto por directivos de escuelas, expertos en educación, periodistas, funcionarios públicos, emprendedores tecnológicos y científicos. Se anunciará en la Cumbre de Gobiernos del Mundo (World Government Summit), a realizarse en Dubái del 11 al 13 de febrero.

Por Redacción de
DIARIO DE CUYO