El conflicto en Gaza que se desató el 7 de octubre del pasado año ha suscitado un torrente de desinformación en las redes convirtiéndose casi en otra arma de guerra para manipular a la opinión pública y promover intereses geoestratégicos de otros actores internacionales como Rusia, China o Irán.
Informes elaborados a partir de desmentidos de verificadores europeos, así como investigaciones académicas, constatan la difusión de desinformación, promovida con diversas narrativas, desde el llamado “Pallywood” (de Palestina y Hollywood), que acusa falsamente a los palestinos de fingir ataques, al uso de imágenes descontextualizadas para atribuir a Israel acciones de guerra que no ha cometido.
Manipulación ideológica con imágenes falsas
El uso de fotografías y vídeos falsos o descontextualizados ha sido una táctica recurrente en la desinformación sobre este conflicto, según una investigación de la Universidad de Málaga que determinó que el 89,2 % de las falsedades desmentidas por verificadores españoles en los primeros cinco meses eran contenidos que usaban elementos audiovisuales.
Al igual que ocurrió al inicio de la guerra de Ucrania, muchos de estos contenidos se han servido de imágenes alteradas, antiguas o de conflictos que no guardan relación con estos hechos y, según la misma investigación, un importante número de las afirmaciones verificadas tenían un propósito ideológico y buscaban condicionar la opinión pública sobre el conflicto.
Así, al inicio de la guerra en Gaza, se detectó la viralización de falsedades para justificar la respuesta de Israel a la agresión de Hamás, como la denuncia sin pruebas del hallazgo de 40 bebés decapitados en un kibutz que fue objeto de los ataques de esta milicia palestina.
La afirmación comenzó a difundirse después de que una periodista israelí informara en un directo de televisión de que en esa comuna se habían encontrado 40 bebés asesinados por Hamás y algunos “con sus cabezas cortadas”, aunque no concretó la cifra de mutilados.
Por otra parte, EFE y otros verificadores europeos han detectado la difusión este año de contenidos falsos que exageran el apoyo internacional a la causa palestina, atribuyendo citas falsas a personajes relevantes o imágenes de manifestantes a favor del pueblo gazatí que en realidad correspondían a otras concentraciones con propósitos muy dispares.
Un estudio realizado por el centro de pensamiento Instituto para el Diálogo Estratégico (ISD, en inglés), indicó que China, Rusia e Irán han aprovechado el caos informativo que rodea al conflicto entre Israel y Hamás para promover sus agendas geopolíticas.
Rusia, China e Irán y el caos desinformador
Un estudio realizado por el centro de pensamiento Instituto para el Diálogo Estratégico (ISD, en inglés), indicó que China, Rusia e Irán han aprovechado el caos informativo que rodea al conflicto entre Israel y Hamás para promover sus agendas geopolíticas.
En las primeras semanas del conflicto, hallaron que cientos de cuentas vinculadas a funcionarios, representantes diplomáticos y medios de comunicación de estos países (294 iraníes, 623 rusos y 369 chinos) utilizaron distintas estrategias desinformadoras en el contexto de la guerra, hicieron apología de la violencia y difundieron mensajes de odio a partir de información falsa.
Así, la desinformación sobre la guerra de Gaza también ha contribuido a la polarización geopolítica y ha buscado vincular a Ucrania con Hamás, en un esfuerzo por criminalizar a Kiev y poner en duda los recursos que le llegan de los países occidentales para enfrentar su guerra con Rusia.
“En particular, se está intensificando el intento de explotar la crisis de Oriente Próximo para debilitar el apoyo a Ucrania, utilizando información infundada para vincular a Kiev con Hamás o para crear tensión entre los partidarios de Israel y Ucrania”, apunta en uno de sus informes el Observatorio Europeo de Medios Digitales (EDMO), del que hace parte EFE Verifica.
Según recoge el informe, mensajes falsos que circularon en redes afirmaron que Ucrania había exigido 500.000 euros del rescate de una mujer israelí secuestrada por Hamás, o que Kiev estaba enviando armas a ese grupo terrorista que le habían sido enviadas por la OTAN para defender suelo ucraniano.
El ISD apunta que en el caso de Pekín, la respuesta a la guerra de las redes afiliadas al Partido Comunista Chino (PCCh) varía entre cuentas y plataformas: las publicaciones en Facebook trataron de mantenerse neutrales, insistiendo en condenar todos los actos que dañan a los civiles, mientras que los comentarios en X fueron notablemente más polarizados, con ataques vehementes contra figuras políticas y medios de comunicación occidentales.
En el caso de Irán, Teherán aprovechó el caos informativo para ubicar al ayatolá Ali Jamenei como el líder de una “resistencia panislámica” contra las potencias occidentales “neocoloniales” e Israel y ha enaltecido y excusado los crímenes de guerra contra civiles israelíes utilizando un lenguaje deshumanizante.
Jorge Ocaña y Raquel Godos
Agencia EFE