Desde la disputa geopolítica con China a la paz en Ucrania, un Medio Oriente al rojo vivo y América Latina que se deja tentar por Pekín; siete analistas consultados explican cómo serán los vínculos de Trump con este mundo convulsionado.

Hoy, lunes 20 de enero es la toma de posesión del nuevo gobierno en Washington. Con el regreso de Donald Trump, se abren grandes interrogantes sobre los vínculos que tendrá Estados Unidos con sus aliados y cuál será su postura frente a los distintos conflictos bélicos que vive el planeta.

China, “enemigo estratégico”

La prioridad de la política exterior del nuevo gobierno estará puesta en el continente asiático. Será una continuidad con lo que ya ocurrió durante su primer mandato (2017-2021), en el que Trump definió a China como “enemigo estratégico”, tal como recuerda el exembajador argentino en Pekín, Washington, Brasil y la Unión Europea, Diego Guelar.

“Más que incrementar la presencia norteamericana en el exterior, Trump buscará frenar la expansión de China, que hoy es el principal socio comercial de 140 países en el mundo, mientras que EE. UU. lo es de 53 países”, comenta Guelar. Según el experimentado diplomático, “es necesario imaginar cómo llevará Trump adelante sus planteos desde un posicionamento nacionalista y proteccionista, especialmente con los socios tradicionales (Unión Europea, Japón, Australia y Canadá) y los pocos amigos latinoamericanos que le quedan, solo cuatro de los 34 países de la región.

El vínculo con la Unión Europea y las negociaciones de paz en Ucrania

“Trump prioriza un enfoque transaccional, guiado por el bilateralismo y el apoyo a socios ideológicamente afines”, apunta Ariel González Levaggi, director del Centro de Estudios Internacionales (CEI) de la Universidad Católica Argentina (UCA). Eso dificultará el “diálogo político entre Washington y Bruselas”, ya que, tal como indica el analista, Europa mantiene su defensa de “un orden internacional basado en normas y reglas”.

Además, señaló González Levaggi, “la postura de Trump para lograr un punto final en la guerra ruso-ucraniana no es bien vista en Bruselas, ya que podría implicar concesiones a Rusia que legitimen la ocupación de territorios ucranianos y bloqueen la integración de Ucrania en la OTAN”. Si se confirma ese enfoque de la diplomacia de Trump, “se pondría en riesgo, a largo plazo, la soberanía de Ucrania como estado independiente”, completa.

Trump buscará frenar la expansión de China, que hoy es el principal socio comercial de 140 países en el mundo, mientras que EE. UU. lo es solo de 53 naciones.

Medio Oriente: “máxima presión” sobre Irán

Otra zona caliente del planeta es Medio Oriente, que inicia el año con nuevos equilibrios de poder y un debilitamiento del denominado “eje de la resistencia” liderado por el régimen iraní.

En ese sentido, Paulo Botta, director de la oficina de TRENDS Research & Advisor en Argentina, enuncia tres grandes temas de agenda para la administración de Trump. Por un lado, la competencia y la presencia de China en la región; por otro, el futuro del conflicto palestino-israelí; y, finalmente, el programa nuclear y las acciones de desestabilización regional por parte de Irán.

Al referirse al primero de esos ejes, el especialista recuerda que los países del Golfo exportan cada vez más hidrocarburos hacia China. Por lo tanto, explica, “una política transaccional, como la de Trump, pondrá en la mesa los vínculos árabe-chinos e intentará limitarlos”. En el caso de Israel, el mandatario estadounidense buscará, en opinión de Botta, “iniciativas diplomáticas de su primera presidencia, como los Acuerdos de Abraham”, sellados por Israel, Emiratos Árabes y Baréin, a los que luego adhirieron Marruecos y Sudán. En cuanto a la cuestión palestina, consideró que el plan de paz que ya intentó impulsar Trump en su primer mandato será de +difícil aceptación” debido a los +cambios geopolíticos+ en la región.

América Latina y Trump: ¿una oportunidad para Argentina?

Con una agenda tan cargada, el gran interrogante es qué lugar ocupará América Latina en la agenda exterior de Washington, que tendrá como nuevo secretario de Estado al exsenador por Florida, Marco Rubio. “Al tener un origen hispano, Marco Rubio seguramente tendrá una conexión especial con la región. Y lo cierto es que Argentina va a tener la posibilidad de un acceso más fácil al Departamento de Estado, por un tema de concepción cultural, de formación e incluso de idioma”, afirma el presidente de la Fundación Diálogo Argentino-Americano, Luis Ruvira.

A su vez, la directora de la Licenciatura en Ciencias Políticas de UCEMA, Constanza Mazzina, recuerda que Rubio cuestionó en el pasado “los vínculos de Lula con el Partido Comunista Chino, así como con otras dictaduras sanguinarias, como las de Cuba, Nicaragua y Venezuela”. En este marco, ¿qué puede ocurrir con Argentina en la era Trump II? Luis Ruvira destaca el activo que significa “el vínculo entre Milei y Trump, que convirtió al presidente de la Argentina no solo en el mandatario del país más alineado con Estados Unidos en toda Latinoamérica, sino que también ha proyectado su imagen internacional”. En la misma línea, Mazzina afirma que “el nuevo presidente de EE. UU. necesita un aliado en la región, y Milei puede ocupar ese espacio”.