Los rebeldes sirios declararon este domingo el fin del régimen de Bashar al-Assad, poniendo fin a cinco décadas de gobierno familiar tras una ofensiva relámpago que transformó repentinamente el panorama político del país.

Con las banderas de la oposición ondeando en lugares públicos donde antes colgaban los retratos del dictador derrocado, Siria amaneció este lunes en un escenario de transición política marcado por la incertidumbre y la esperanza.

La caída de Assad también podría significar un cambio simbólico importante: la adopción de una nueva bandera nacional que restablezca los colores utilizados durante la independencia del país en 1932.

La bandera siria que se utilizaba desde 1980 fue un guiño a la unidad árabe.

Tiene tres colores, rojo, blanco y verde y dos estrellas verdes. El rojo representa la sangre derramada en la revolución por la libertad de los sirios. El blanco denota un futuro pacífico. Las estrellas verdes del centro representan a Siria y Egipto, los dos Estados fundadores de la República Árabe Unida. El negro es por la supuesta opresión que sufren los árabes.

Esta bandera se adoptó por primera vez en 1958, cuando el país se había independizado de la influencia europea y decidió formar la República Árabe Unida con Egipto. Esta transformación fue más que un cambio estético: simbolizaba un sueño pan-árabe.

Tras la disolución de la unión en 1961, el país cambió su bandera otras tres veces hasta que en 1980 se consolidó a la versión de dos estrellas, que perduró hasta la caída del régimen de Bashar al Assad.

> La bandera rebelde
La bandera rebelde, que ya ondea en varias ciudades y edificios sirios, presenta una paleta similar a la actual pero con un significado histórico distinto. Compuesta por franjas verdes, blancas y negras, con tres estrellas rojas en el centro, representa para los opositores un símbolo de libertad frente al régimen autoritario.

La franja verde representa el tributo a la dinastía fatimí, el cuarto califato islámico y único chíi de la historia, que dominó el norte de África entre el 909 y el 1171. La blanca rinde tributo al califato omeya y representa el pasado glorioso y la pureza. Y la negra recuerda al califato abasí y alude a la superación de la opresión sufrida por el pueblo sirio y los árabes.

En cuanto a las estrellas rojas, representan las tres provincias históricas de Siria bajo el mandato francés: Damasco, Alepo y Deir Ezzor. Luego, el país se subdividió en más distritos y cada estrella pasó a representar a más regiones.

Esta bandera, lejos de ser un diseño completamente nuevo, es en realidad un retorno histórico. Sus raíces se remontan a la bandera de independencia de 1932, cuando Siria se liberó del dominio francés.

A diferencia de la bandera actual del régimen de Assad, asociada con el gobierno autoritario, la bandera rebelde evoca un momento de esperanza nacional.

Tras la caída del régimen, las banderas verde-blanco-negro-rojo de la oposición se veían por todo el país. Las celebraciones tuvieron eco en Alemania, Turquía y Grecia, los países que concentran la mayor cantidad de sirios que huyeron del régimen. Allí multitudes de miles de personas salieron a la calle ondeando jubilosas las banderas de la oposición.