Israel, que inició sus incursiones en el sur del Líbano hace dos semanas para combatir al grupo terrorista Hezbolá, respaldado por Irán, ha emitido órdenes de evacuación militar que afectan a más de una cuarta parte del país, dijo en las últimas horas la agencia de la ONU para los refugiados. Las cifras subrayan el alto precio que están pagando los libaneses mientras Israel intensifica su campaña para derrotar a Hezbolá y destruir su infraestructura en un conflicto que dura ya un año.

La directora de la Agencia de la ONU para los Refugiados en Oriente Próximo, Rema Jamous Imseis, dijo en Ginebra que las nuevas órdenes de evacuación israelíes a 20 pueblos del sur de Líbano significaban que más de una cuarta parte del país estaba ahora afectada.

Los ataques israelíes han causado la muerte de al menos 2.309 personas en el último año, según el Gobierno libanés, y han desplazado a más de 1,2 millones de personas. La mayoría han muerto desde finales de septiembre, cuando Israel amplió su campaña militar. La cifra no distingue entre civiles y combatientes. Alrededor de 50 israelíes, tanto soldados como civiles, han muerto, según Israel.

Objetivo de Israel
Israel afirma que su operación en Líbano tiene como objetivo garantizar el regreso de decenas de miles de sus residentes obligados a huir de sus hogares en el norte de Israel debido a los ataques de Hezbolá. Israel amplió su campaña de bombardeos en Líbano durante las últimas horas, matando al menos a 22 personas “la mayoría mujeres” en un ataque aéreo en el norte contra una casa en la que personas desplazadas buscaban refugio de los ataques israelíes más al sur, dijeron responsables de salud.

“Lo que estamos escuchando es que entre las 22 personas muertas había 12 mujeres y dos niños”, dijo el portavoz de la oficina de derechos humanos de la ONU, Jeremy Laurence.

Los equipos de rescate seguían sacando cadáveres de los escombros en Aitu ayer, según medios locales, tras uno de los ataques más mortíferos contra familias desplazadas en Líbano, después de los ataques a principios de este mes contra la localidad de Ain Deleb, en el sur de Líbano, que dejaron más de 30 muertos.

Israel no ha hecho comentarios sobre el ataque de Aitu, pero ha dicho en repetidas ocasiones que toma todas las precauciones posibles para evitar víctimas civiles.

Israel afirma que su operación en Líbano tiene como objetivo garantizar el regreso de decenas de miles de sus residentes obligados a huir de sus hogares en el norte de Israel debido a los ataques de Hezbolá.

La ONU preocupada por los ataques de las fuerzas de paz
Hasta ahora, las operaciones militares de Israel en Líbano se han centrado principalmente en el valle de la Becá, en el este, en los suburbios de Beirut y en el sur, donde las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU han dicho que el fuego israelí ha alcanzado sus bases en numerosas ocasiones y ha herido a miembros de las fuerzas de mantenimiento de la paz.

El Consejo de Seguridad de la ONU expresó su honda preocupación después de que varias posiciones de mantenimiento de la paz en el sur del Líbano volvieran a ser atacadas en un contexto de enfrentamientos entre el ejército israelí y Hezbolá.

El conflicto entre Israel y Hezbolá se reanudó hace un año, cuando el grupo miliciano comenzó a lanzar cohetes contra Israel en apoyo de Hamás al inicio de la guerra de Gaza. Mientras tanto, Oriente Próximo sigue en alerta máxima ante la posibilidad de que Israel tome represalias contra Irán por una andanada de misiles lanzada el 1 de octubre en respuesta a los ataques israelíes contra Líbano.

Blancos no nucleares en Irán
La oficina de Netanyahu dijo que Israel escucharía a Estados Unidos, pero decidiría sus acciones según su propio interés nacional. La declaración iba acompañada de un artículo de The Washington Post en el que se afirmaba que Netanyahu había comunicado al Gobierno de Joe Biden que Israel atacaría objetivos militares iraníes, no nucleares ni petrolíferos, lo que sugería un contraataque más limitado destinado a evitar una guerra a gran escala.

El emir de Qatar acusó a Israel de aprovecharse de la “inacción internacional” en la crisis de Oriente Próximo para ir más allá de su “agresión” en Gaza y construir más asentamientos ilegales en el territorio bajo ocupación israelí de Cisjordania y enviar tropas a Líbano.

Qatar, Estados Unidos y Egipto han mediado en repetidas ocasiones para intentar poner fin a la guerra de Gaza, que estalló hace un año cuando combatientes del grupo miliciano palestino Hamás irrumpieron en Israel desde Gaza y mataron a 1.200 personas, según los recuentos israelíes.

En tanto que la ofensiva israelí mató a más de 42.000 personas en Gaza, convirtió el enclave en escombros y provocó una grave escasez de alimentos, agua y combustible.

Por Emma Farge y Claudia Tanios
Agencia Reuters