Para quienes conocieron su biografía, escasamente citada en el acontecer histórico nacional, fue una figura trascendente que prestigió el nombre de San Juan en los más importantes escenarios de la política nacional. Precisamente Miguel Ángel Godoy Olivera, autor de “Historia de Saturnino María Laspiur” (ediciones Agon) asegura en esta obra y demuestra con todos los antecedentes de su vida pública y privada, que Laspiur “tiene derecho a figurar entre los argentinos ilustres que desde el parlamento, la magistratura, la docencia y la política, dieron impulso y prestigio a la organización institucional de la República”. Y lo define en el recorrido de su vida a lo largo de veinticuatro capítulos como un “patriota con carismas de talento, justicia, libertad, nobleza de ideales y moralidad de intenciones”, y como un abogado y político que sirvió a la Nación “en épocas de lucha y rebeliones azarosas”.

>Ideales sociales profundos
Hijo de Saturnino Manuel de Laspiur y de María Trinidad Gómez Rufino, la vida de Saturnino María (1829-1885) transcurrió en un hogar “de una tradicional familia de ideales sociales profundos”. Sus primeras letras las recibió en la histórica Escuela de la Patria, a la que había asistido Domingo F. Sarmiento y Francisco N. Laprida, entre otros grandes de la historia sanjuanina, para pasar luego a estudiar en las aulas del Colegio Monserrat de Córdoba.

A esa provincia volverá tras sus primeros estudios para seguir abogacía en la Universidad Nacional de Córdoba. De allí egresa Laspiur teniendo 21 años con el título de Licenciado y Doctor en Derecho Civil, el 17 de junio de 1850, y continuando luego su vida en Buenos Aires, donde abre su estudio de abogado.

Tan rápida fue su carrera profesional como la cívica y política, escribe Godoy Olivera, ya que reunido en Paraná, el Congreso General Constituyente donde se sanciona la Constitución Nacional, el Dr. Laspiur ocupó en aquellos días el cargo de secretario de esa Convención Constituyente en el periodo 1853-1854.

>Su labor en el Congreso General Constituyente
El autor valora profundamente ese paso en la vida de Laspiur porque “tuvo la gloria de trabajar en ese Congreso desempeñando sus funciones con inteligencia y entusiasmo hasta la finalización del mismo con su sesión del 7 de marzo de 1854, y cuyo manifiesto final fue firmado por el entonces presidente Santiago Derqui y el propio Saturnino María Laspiur como secretario.

En aquellos tiempos jóvenes y cuando se inicia su etapa como profesional del Derecho, el naciente país vivía esos largos años que Godoy Olivera llama “tiempos de caudillos”. Por eso en su obra cita el papel de Juan Facundo Quiroga, José Gervasio de Artigas, Ángel Vicente Peñaloza, Felipe Varela y Juan Manuel de Rosas, figuras de la historia en épocas de unitarios y federales.

Al volver a Laspiur razona convencido que todos estos movimientos extremos hicieron fortalecer en él “sus ideales de unión nacional en libertad y de organización política en paz, como únicas formas verdaderas y salvadoras del caos”.

>Defensor de los derechos populares
En enero de 1879 es propuesto como candidato a presidente de la Nación, donde tuvo que competir con Julio Argentino Roca, siendo calificado en la presentación como “infatigable defensor de los derechos populares”, con el apoyo entre otras agrupaciones de los partidos Nacionalista y Autonomista.

Las elecciones se efectúan en abril de 1880 y resulta ganador el general Roca. Justamente, será el propio Roca, ya desde la presidencia, quien le pide a Laspiur, que retorne a la Corte Suprema de Justicia Nacional, lo que se concreta por decreto del 5 de septiembre de 1880 y hasta su muerte.

>Fue destacado como gran figura pública
Precisamente el 21 de agosto de 1885 fallece Laspiur en Buenos Aires a los 56 años tras una corta enfermedad. En los medios nacionales y provinciales de aquellos momentos destacan su figura pública y en El Zonda de San Juan, el Dr. Segundino Navarro escribe: “La muerte acaba de segar una vida ilustre. San Juan pierde en el Dr. Laspiur a uno de sus hijos esclarecidos”.

Saturnino María Laspiur estuvo casado con Clementina Ruiz Echegaray, también sanjuanina y en nuestros días hay tres generaciones descendientes directos.

Gracias a Miguel Ángel Godoy Olivera, descollante educador, escritor, poeta y orador, ex profesor y ex rector de varios colegios locales y miembro directivo de numerosas instituciones educativas y culturales de la provincia, los sanjuaninos podemos conocer hoy esta figura histórica y admirable.

* Tiempos complejos
Tras el asesinato del gobernador Nazario Benavidez, el Dr. Laspiur viviría una etapa muy dura con prisión y quita de derechos hasta su definitiva libertad. Poco después vuelve a la escena oficial con muy altos reconocimientos, a tal punto que es nombrado ministro secretario de gobierno en Córdoba y juez Federal en la misma provincia.

Posteriormente, en Buenos Aires dirige la enseñanza como miembro de la Comisión Nacional de Educación, hasta que, en 1862, es elegido en San Juan senador nacional, para lo cual presenta sus renuncias a los cargos en Córdoba.

Poco tiempo después, es nombrado ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación el 28 de septiembre de 1875, cargo que ejerce hasta 1858 cuando renuncia para aceptar el cargo de ministro del Interior del presidente Nicolás Avellaneda.

Por Luis Eduardo Meglioli
Periodista