Pasaron 462 años desde que los conquistadores españoles llevaron a cabo el acto fundacional de San Juan, y un cúmulo de acontecimientos sucedieron en esos siglos, protagonizados por héroes, no tan héroes y sobre todo por gente común, que forjaron esta sociedad sanjuanina tan particular, cuyos rasgos contienen varios aportes o facetas disímiles, pero que terminaron sintetizándose. Bien se ha expresado que esta sociedad de la cual formamos parte tiene como particularidad su conservadurismo, es decir que no obstante los grandes cambios que hubo y que hay, continúa sujeta a ciertos paradigmas o modelos culturales, cuyos orígenes o matriz cultural son predominantemente hispánicos-católicos, heredados de la conquista y potenciados a lo largo del tiempo por las diferentes oleadas migratorias, en general provenientes de los países de la cuenca del mediterráneo, que se asentaron en esta tierra. Igualmente hay que considerar en esta conformación las particularidades culturales chilenas, cuya presencia por su cercanía y por motivos organizativos-políticos es importante. En cuanto a lo local o autóctono-criollo, también está presente (aunque la impronta indígena es escasa). Retomando el tema de la sociedad local, observamos en el devenir histórico, que esta posee ciertas particularidades que mucho tienen que ver con los rasgos -como expresamos- de la familia ibérica.
Cultura “cortijera”
Una de estas peculiaridades la podemos llamar “cultura cortijera”. Esta cultura se conformó con aquellos grupos que, en diferentes épocas, provenían de los llamados cortijos. Estas posesiones de tierra fueron típicas en la región española de Andalucía, provincia de Granada. Esta apreciación se fundamenta en el modo de vida de ellos, los cuales inicialmente reprodujeron su sistema de subsistencia, aportando merced al trabajo constante impulso al sistema económico provincial.
Mucha de esta gente, junto a otros emigrantes, fue la que hizo “cabeza de playa”, en la tierra de Sarmiento, pues -en el caso de los “cortijeros”- diversas particularidades del paisaje local se asemejaron al terruño originario. Este conjunto social reprodujo una serie de pautas culturales que les permitió sobrellevar el desarraigo y a su vez inició un proceso de inclusión social-económico lento que les posibilitó “cuyanizarse”.
La “cuyanización”
Simultáneamente esta sociedad pudo sobrellevar con ímpetu la dureza geográfica, soportando los violentos terremotos, las arremetidas de nuestro caprichoso río, y el paisaje desértico y pedregoso, que en algunos lugares por su extremada inhabitabilidad tomó el nombre de travesía. Creo que es erróneo hablar de cierta pasividad de esta sociedad, pues la historia demuestra los impetuosos tiempos jalonados por enfrentamientos, derivados de las pasiones políticas, protagonizados por diferentes caudillos, y por el pueblo que acometió cuando sus derechos se vieron vulnerados. Lo advertimos, por ejemplo, cuando San Juan, en varias ocasiones se convirtió en el epicentro político nacional, siendo su historia chica una de las causas de los enfrentamientos entre el interior y Buenos Aires, en las batallas Cepeda y Pavón. En general, si estudiamos la historia de vida de las familias sanjuaninas, advertimos que el hilo conductor o las cualidades que hicieron posible su ascenso o su bienestar, fue la tenacidad y la perseverancia. La capacitación, el estudio científico y de las nuevas tecnologías que los habilitan para conducir los emprendimientos más complejos y expresan la capacidad intelectual de los sanjuaninos en la actualidad.
Por Prof. Edmundo Jorge Delgado
Magíster en Historia