Las fuertes lluvias que provocaron inundaciones catastróficas en el centro de Argentina y provocaron la muerte de 16 personas a principios de este mes fueron impulsadas en parte por el cambio climático y podrían volverse más frecuentes en un mundo más cálido, según declaró el jueves un equipo internacional de científicos.
Un análisis de World Weather Attribution reveló que el calor extremo en la región, que precedió a las inundaciones, provocó una masa de aire más cálida y húmeda que chocó con un frente frío proveniente de la región patagónica argentina, lo que provocó lluvias torrenciales en Bahía Blanca, ubicada a unos 550 kilómetros al sur de Buenos Aires.
“Los indicadores de calor, que combina la humedad con la temperatura (previos a las inundaciones), los resultados dan que (son) virtualmente imposibles si no existiera el cambio climático”, declaró Juan Rivera, uno de los autores del informe y científico del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA), en una conferencia de prensales.
Rivera explicó que varios días con temperaturas superiores a los 40 grados centígrados (104°F) en el norte y centro de Argentina, incluyendo una ola de calor húmedo inmediatamente anterior a las lluvias, junto con el aumento de la humedad proveniente de la Amazonia, provocaron una acumulación de humedad que arrojó 300 mm (11,8 pulgadas) de lluvia sobre Bahía Blanca en poco más de seis horas.
“Estas inundaciones no tienen precedentes en el registro histórico en las estaciones del Servicio Meteorológico Nacional”, agregó Rivera.
Cambio climático y el calor
El estudio indicó que el calor extremo que precede a las lluvias sigue siendo un fenómeno poco frecuente, que ocurre cada 50 a 100 años, pero el cambio climático está haciendo que estas temperaturas sean más frecuentes e intensas.
El año pasado fue el año más caluroso ya que las temperaturas globales superaron los 1,5° C por encima de los niveles preindustriales por primera vez, y algunos científicos prevén que 2025 también sea uno de los años más calurosos registrados.
El informe señaló que, si bien se pudo deducir un vínculo entre el cambio climático antropogénico y las altas temperaturas, el vínculo con las fuertes lluvias fue menos concluyente debido a discrepancias con los conjuntos de datos meteorológicos globales.
“Pero no se dejen engañar por algunas de estas incertidumbres”, afirmó Friederike Otto, codirectora de World Weather Attribution.
“A medida que el mundo continúa calentándose, la probabilidad de que se produzcan eventos simultáneos o consecutivos en la misma región seguirá aumentando, y debemos estar preparados para ello”.
El informe señaló que Bahía Blanca se había urbanizado rápidamente y carecía de la infraestructura necesaria para afrontar las fuertes lluvias.
Añadió que la región se enfrentará a mayores riesgos en un mundo con calentamiento global. El envejecimiento de la población, sumado al desarrollo urbano y la alta densidad de población, solo agrava los riesgos.
Rivera señaló que la zona también experimentó una tormenta devastadora en 2023 con vientos de más de 150 km/h. “Ambos eventos extremos tuvieron impactos generalizados y características comunes vinculadas al cambio climático antropogénico: calor extremo más frecuente y aire más húmedo, factores que impulsaron las tormentas”, dijo Rivera, y añadió que se necesitan más estudios para comprender los riesgos crecientes de un mundo en calentamiento global.
Por Alexander Villegas y Eliana Raszewski
Agencia Reuters