Los negocios financieros en Argentina se movían con claros signos de prudencia en la víspera ante un nuevo foco de tensión política entre el Gobierno ultraliberal y el Congreso, mientras que la liquidez se contraía dada la celebración del Año Nuevo Judío.
Cientos de miles de estudiantes y opositores al presidente Javier Milei marcharon el miércoles por las calles de las principales ciudades del país para desafiar el feroz ajuste del gasto que la administración central aplicó sobre las universidades públicas.
Esta convocatoria se realizó luego que el Gobierno dijera que vetaría una ley aprobada por el Congreso, lo que se efectivizó el jueves por boletín oficial, para garantizar el financiamiento universitario en el contexto de una crisis económica con una inflación anual del 236,7%.
Ahora, la legislatura deberá lograr los dos tercios de sus integrantes para ratificar la votación de semanas atrás y así doblarle el brazo al Gobierno, en lo que representa otra pelea entre partes y donde el oficialismo tiene una amplia minoría.
“No es bueno para la salud política del país tener otra vez esta clase de enfrentamiento (Gobierno-Congreso) como ocurrió el mes pasado con la movilidad jubilatoria, y los mercados toman nota de estos riesgos más allá de los esfuerzos demostrados (por Milei) para mantener el superávit fiscal y encauzar la desregulación económica”, dijo un analista del privado Banco Macro.
Los mercados arrojaban un alza inicial en el índice líder S&P Merval de la bolsa de Buenos Aires del 0,5%, frente a un riesgo país medido diariamente por el JP.Morgan que descendía apenas tres unidades a 1.275 puntos básicos.
Mediante la regulación constante del banco central (BCRA), el peso mayorista se devaluaba un 0,21% a 972,5 por dólar, en momentos donde la escasa volatilidad cambiaria está avalada por un ambicioso blanqueo de capitales con el que el Gobierno busca reactivar la economía callejera.
> Notoria baja del maíz
Los futuros del maíz de Chicago bajaban el martes, después de alcanzar un máximo de tres meses en la sesión anterior, cuando una estimación de Estados Unidos sobre las reservas de maíz no alcanzó las expectativas comerciales, lo que desencadenó una oleada de coberturas en corto. En este marco los futuros de la soja y el trigo también cedían.
El contrato de maíz más activo en el Chicago Board of Trade (CBOT) bajaba un 0,4%, a 4,23-1/4 dólares el bushel, a las 0643 GMT, después de subir a 4,28 dólares el lunes, su máximo desde el 27 de junio.
El trigo CBOT bajaba un 0,9%, a 5,78-3/4 dólares el bushel, y la soja caía un 0,8%, a 10,48-3/4 dólares el bushel.
Los tres contratos tocaron mínimos de cuatro años en los últimos meses debido a la abundante oferta, pero desde entonces han recuperado algo de terreno.
El Departamento de Agricultura de EEUU (USDA, por sus siglas en inglés) dijo que los agricultores y operadores del país tenían 1,76 billones de bushels de maíz al 1 de septiembre, un 29% más en términos interanuales y la mayor cantidad desde 2020, pero por debajo de las expectativas de los analistas de 1,844 billones de bushels.
Los datos mostraron que la demanda de maíz para piensos y etanol fue más fuerte de lo que se pensaba, pero hizo poco para cambiar los fundamentos del mercado, con los especuladores alimentando la ganancia de precios, escribió el analista de StoneX Bevan Everett en una nota.
El USDA también informó de que la cosecha de maíz estadounidense, la segunda mayor de la historia, se había completado en un 21%, ligeramente por debajo de las expectativas de los analistas.
Según Andrew Whitelaw, de la consultora agrícola Episode 3, la gran cosecha y las existencias deberían contener los precios.
Por Jorge Otaola y Hernán Nessi
Agencia Reuters