Por Tita Santander
Lic. y Prof. Psicopedagogía
Colaboradora-DIARIO DE CUYO

¿Cómo es la vida después de los 65 años? ¿Qué sienten? ¿Cuáles son sus deseos en esta etapa de la vida? ¿Qué experiencias les gustaría vivir? ¿Cuáles son sus pendientes? ¿Qué les preocupa? “Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas “, Mario Benedetti.

No es fácil pasar de la hiperactividad a la jubilación, hay nuevos hábitos que aprender. Las personas atraviesan un pasaje de “Activo” a “Pasivo”. Se da comienzo a la construcción de una nueva identidad con nuevos estilos de vida.

Hay una etapa que finaliza y que da inicio a un nuevo comienzo, que al parecer es muy esperado y anhelado, pero cuando llega ese momento: ¿Qué pasa? Empiezan a pasar nuevos acontecimientos, a suceder nuevos duelos. El duelo por el trabajo que se tenía y que ya no se tiene y eso conlleva a no tener las mismas rutinas, a dejar de ver a los compañeros que antes veían todos los días.Y es aquí donde algunos adultos sienten cierto vacío en su cotidianidad. Tienen energía y vitalidad pero no saben, muchas veces, por donde empezar, haciendo qué.

Esta etapa es una invitación a conocerse en esta nueva versión e ir buscando y encontrando proyectos de vida para emprender. Cada etapa de la vida tiene sus luces y sombras, sus aprendizajes y desafíos. Hay que animarse a descubrir las habilidades y capacidades que están ahí, en el interior de cada uno. Ver las oportunidades que hoy sí tienen.

Desde mi rol de Psicopedagoga, busco promover una adultez que sea mirada, escuchada y, sobre todo, que puedan encontrarle un sentido al tiempo y se conecten con la alegría de vivir. Considero que es de suma importancia que los adultos mayores puedan encontrar un espacio de encuentro con otros, donde realicen actividades que los conecten con lo que hoy desean. Probar y fijarse. Preguntarse: ¿Qué me llama la atención? ¿Hay alguna actividad que me gustaría retomar?

Las cartas no están echadas y hay mucho por experimentar. Re-significar el hoy. Volver al pasado es imposible. La clave está en poder abrirse a las oportunidades que se presentan. Cambiar los no puedo, por los todavía estoy a tiempo. Reinventarse, ver lo posible y volver a elegir.

Por Tita Santander
Lic. y Prof. Psicopedagogía
Colaboradora-DIARIO DE CUYO