Mañana, 30 de noviembre, se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA). Se trata de un momento para reflexionar sobre estas enfermedades complejas que afectan tanto a la salud física como emocional de muchas personas.

“Sabemos que los Trastornos de la Conducta Alimentaria como la anorexia nerviosa, la bulimia y el trastorno por atracón, no se limitan a una relación problemática con la comida sino que son trastornos multifactoriales que involucran factores biológicos, psicológicos y sociales”, asegura el Lic. Daniel Benítez, nutricionista de Ospedyc.

Detectar un trastorno alimenticio requiere identificar señales físicas, emocionales y conductuales que se desprenden de problemas con la comida, el peso o la imagen corporal. A pesar de que solo un profesional puede hacer un diagnóstico, existen algunos signos comunes que pueden indicar la presencia de un trastorno alimenticio:

* Alteración en la conducta alimentaria: restricciones extrema de alimentos, consumo excesivo en un corto período de tiempo o comer en secreto o excusas para evitar hacerlo en público.

* Obsesión: con el peso y la imagen corporal.

* Cambios emocionales y conductuales: irritabilidad, cambios de humor repentinos o depresión.

* Aislamiento social.

* Alteraciones: menstruales o pérdida del período en mujeres.

* Fatiga, debilidad o mareos.

* Dificultad para concentrarse: o bajo rendimiento en el trabajo, la escuela o actividades diarias.

* Daño en los nudillos: conocido como el signo de Russell, ocurre por el roce de los nudillos con los dientes al inducir el vómito.

* Erosión dental: desgaste del esmalte dental debido al contacto frecuente con los ácidos del vómito. Puede ir acompañado de sensibilidad dental o caries.

* Lesiones en la garganta: irritación o dolor crónico por el vómito repetido.

* Problemas gastrointestinales.

* Visitas frecuentes al baño: especialmente después de comer, lo que puede ser un indicio de purgas.

* Uso excesivo: de laxantes, diuréticos o pastillas para adelgazar.

“Los Trastornos de la Conducta Alimentaria como la anorexia nerviosa, la bulimia y el trastorno por atracón, no se limitan a una relación problemática con la comida sino que son trastornos multifactoriales que involucran factores biológicos, psicológicos y sociales”, asegura el Lic. Daniel Benítez, nutricionista de Ospedyc.

¿Qué es la anorexia nerviosa?
Es un trastorno alimenticio caracterizado por la restricción extrema de la ingesta de alimentos, un miedo intenso a ganar peso y una percepción distorsionada del cuerpo.

Las personas que padecen esta condición, usualmente, no reconocen o no quieren admitir la gravedad de su pérdida de peso y niegan que su pérdida de peso pueda tener consecuencias adversas permanentes para su salud. En el caso de las mujeres con anorexia nerviosa dejan de tener su periodo menstrual.

¿Qué es la bulimia?
Las personas con bulimia experimentan episodios de atracones, los cuales se caracterizan por el consumo de una gran cantidad de comida en un período corto de tiempo y pérdida de control durante el episodio. Además, están excesivamente preocupadas por su figura y peso.

Los atracones son seguidos por intentos de “deshacer” las consecuencias del atracón usando prácticas compensatorias no saludables como inducción del vómito, el uso excesivo de laxantes, enemas, diuréticos, ayunos y ejercicios excesivos.

¿Qué son los trastornos por atracón?
Es un trastorno alimenticio caracterizado por actos recurrentes de consumo excesivo de alimentos en un corto período de tiempo acompañado de una sensación de pérdida de control. A diferencia de la bulimia nerviosa, las personas con trastorno por atracón no realizan comportamientos compensatorios como vómitos inducidos, uso de laxantes o ejercicio excesivo.

Estas afecciones pueden provocar complicaciones graves como desnutrición, alteraciones metabólicas y problemas cardiovasculares, además de impactar en la autoestima y la calidad de vida.

“Es fundamental fomentar una detección temprana y un tratamiento integral que contemple apoyo psicológico, médico y nutricional para aumentar las posibilidades de recuperación. Es importante educar sobre hábitos saludables, promoviendo el equilibrio y alejándose de los extremos y de las presiones sociales que generan ideales corporales poco realistas”, sostiene Benítez.

Esta fecha nos recuerda la importancia de generar entornos de apoyo, trabajar en la prevención y promover una relación equilibrada con la comida y el cuerpo, libre de juicios y estigmas. Solo así podemos contribuir a reducir el impacto de estas enfermedades en nuestra sociedad.

Por Matías Bíscaro
Ospedyc