Nuevamente se manifiesta la notable piedad popular hacia uno de los fenómenos antropológicos-religiosos más convocantes de nuestro país, la devoción a la Difunta Correa. Se calcula que la cantidad de promesantes que asisten al santuario situado en Vallecito asciende a más de 150.000 personas cada mes, las cuales concurren religiosamente a cumplir con sus promesas y pedidos.

El primitivo oratorio, que luego se tornaría en el más importante de un culto popular en Latinoamérica, fue construido por un arriero llamado Flavio Cevallos. Se relata que este hombre dedicado a arriar ganado, en cierta ocasión sufrió la desgracia de perder una importante cantidad de cabezas de ganado vacuno como consecuencia de una fuerte tormenta. Fue en estos instantes de angustia que se encomendó a una aún desconocida ánima, llamada Deolinda Correa. Su pedido fue escuchado y se produjo lo que es considerado un milagro: los animales al día siguiente fueron recuperados en su totalidad. El agradecido arriero cumplió con su promesa construyendo un sencillo oratorio, pero además se encargó de difundir el milagro que había presenciado y protagonizado. A partir de entonces la fama de milagrosa de la infortunada mujer comenzó a crecer de manera inusitada, propagándose su devoción hacia los cuatro puntos cardinales.

Pero además de considerar este hecho inicial, existen otros ribetes que subyacen en el relato-leyenda que prendieron hondamente en el alma colectiva. Los investigadores dan respuestas e interpretaciones acerca de porque este culto atrajo y sedujo profundamente la piedad del pueblo. Un hecho puntual del relato es el portento de haber encontrado con vida al hijo de Deolinda, mamando del pecho de ella, ya fallecida. Aunque la madre no logró sobrevivir a las contingencias del desierto caucetero, la vitalidad del seno materno consiguió sorprendentemente que el niño resistiera la adversidad de un hábitat hostil gracias al líquido o la leche, algo careciente en ese ámbito geográfico y continuara de este modo con vida. Hablar de vida en el contexto histórico en que sucedió el milagro, es algo extraordinario y paradójico, debido a las guerras civiles que ensombrecían la existencia de la sociedad local, con la muerte y destrucción. Además se considera que la calamidad social que contiene el relato esta encarnada en la disolución familiar, por la disgregación de esta como consecuencia de las mismas guerras y la familia constituye uno de los pilares fundamentales en que descansa la sociedad sanjuanina.