Sabe que al paso del tiempo nadie lo puede gambetear. Sabe también que los años pasaron muy rápido como a todo ser humano que ya transita varias décadas. Que ganó muchos títulos deportivos en el Barcelona y que perdió muchos con la Selección Argentina, hasta que finalmente se rompió el maleficio en el Estadio Maracaná, ícono del fútbol mundial, en un proceso de pandemia que sufrió la humanidad. Pero, más allá de todo ese conjunto de situaciones felices y frustrantes, este hombre es “especial” no solo por lo que hace en un campo de juego, sino por su forma de vivir en todo aspecto de su vida.

Si, se trata del considerado por los especialistas serios del mundo como el mejor futbolista de la historia: Lionel Andrés Messi.

Para el mundo del fútbol, “La Pulga”, sobrenombre que lleva desde niño por su menudo cuerpo. Para él, con la Copa América 2024, terminó una de las “últimas batallas”, tal cual lo señaló ante la prensa.

Sabe que son los últimos tiempos. Sabe también que su vocación y amor por el fútbol es tan grande que no lo quiere dejar, pero a la vez es conciente de que su velocidad y fortaleza física ya no es la que tenía a los 17, 20 ó 25 años.

Messi es un imán para niños, adolescentes y mayores. Este deportista levanta las banderas de los valores morales y es un férreo defensor de la familia, las amistades sanas y el compañerismo en el trabajo, que para él es el equipo de fútbol que le toque integrar.

> Los valores morales que atraen al público
Messi es un imán para niños, adolescentes y mayores. Este deportista levanta las banderas de los valores morales y es un férreo defensor de la familia, las amistades sanas y el compañerismo en el trabajo, que para él es el equipo de fútbol que le toque integrar.

Su forma de ser llama la atención desde que se lo conoció hasta hoy. Los niños de todas las latitudes del mundo lo aman por su humildad. El hablar en voz baja, pero con autoridad y apoyar las causas humanitarias en pos de solucionarle la vida a los niños, son parte de su vida.

Messi no lo hace público oficialmente, pero según indican medios que investigaron, de forma permanente, ayuda a pueblos y personas que viven en la miseria, ya se en África, donde construyó también escuelas y aportó para llevar agua potable a esas comunidades como también en Centroamérica y Santa Fe. Hay que recordar que en plena pandemia donó respiradores que el gobierno anterior de esa provincia no los usó.

Es que Messi trasciende al fútbol y al deporte. Supera cualquier idolatria individual o colectiva y no resiste comparaciones. Es cierto también que tiene sus detractores en distitos lugares del mundo, pero son quienes de alguna manera son movidos por la envidia sobre una persona que no hace mal a nadie y que transmite valores.

> Líder positivo
Un psicólogo dijo hace unos días en un programa de televisión que Messi es un líder positivo, que potencia a sus compañeros a crecer y ser mejores, para de esa forma superar cualquier escollo en la vida y el trabajo. Mientras que un líder negativo hace que todos los esfuerzos individuales y colectivos sean para ensalzarlo a él y no a todo el conjunto.

Ese es un ejemplo claro de los valores morales ques debe tener un líder para triunfar. Es decir ayudar a sus compañeros, aconsejarlos, acompañarlos en los momentos difíciles y también alentarlos para que logren sus objetivos.

Por esos valores que transmite, los jugadores de origen humilde de la selección nacional tratan de imitarlo. No se suben a las mieles de los millones, sino que se comportan como esas personas sencillas que jugaban en las divisiones infantiles de sus clubes en el país. Esa “bajada de línea” lo muestra como un joven maestro que sabe lo que es estar solo, con su padre en una ciudad y un país extraño, lejos de su Rosario natal. Conocer nuevas personas y tantas otras cosas que por ahí, los billetes podrían haberle nublado la vista. Ahí es donde reside la fortaleza de este “veterano” para el fútbol, pero joven para seguir dando ese mensaje de bondad.

> Todo en familia
Una mega estrella que hace participar de su vida tanto a su esposa como a sus tres hijos y que levanta esa bandera de amor familiar. Algo que en esta sociedad moderna se ha resquebrajado por distintas causas. A muchos hace recordar esa familia argentina que permanecía unida por siempre.

Y, esos valores los lleva a su trabajo, el fútbol, apoyando y no queriendo dejar a sus compañeros solos en medio de una final por la Copa América de hace un par de días. Todo esto, pese a que estaba con una lesión de ligamentos en el pie derecho y una torcedura en el izquierdo.

Ese joven admirado por la mayoría del mundo es una imagen de un ser humano con los valores que hay que aprender a cultivar. Dejó claro con su conducta que si se quiere, se puede, ser mejor persona, bondadosa, respetuosa y tantas otras virtudes que ofrencen los valores. Porque ese hombre exitoso, tuvo que dejar el campo de juego con dolor en el alma y en sus pies, pese a sus esfuerzos y con una imagen que conmovió al mundo y reconocido él como deportista y mejor persona. Ese joven admirado, lloró.

Por José Correa
DIARIO DE CUYO