La hipertensión arterial es una de las patologías más frecuentes que se pueden llegar a desencadenar. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay un promedio de 1.280 millones de adultos de entre 30 y 79 que padecen esta condición, que se asocia con ser una de las principales causas de muerte prematura. Y lo alarmante, destacan desde la Institución, es que nada más que uno de cada cinco adultos tiene controlado el cuadro.
Un informe de la Universidad de Harvard explica que la hipertensión es una enfermedad que afecta a las arterias del cuerpo cuando la sangre ejerce demasiada presión sobre ellas. Específicamente la presión sanguínea está compuesta de dos partes: una se denomina “sistólica” y tiene que ver con la presión que el corazón genera cuando bombea sangre al resto del cuerpo; la otra se llama “diastólica” y se refiere a la presión de los vasos sanguíneos entre latidos. La misma se mide en milímetros de mercurio (mm Hg) y se divide en cuatro categorías generales:
* Normal: Menos de 120/80 mm Hg.
* Elevada: 120-129 mm Hg sistólica y menos de 80 mm Hg diastólica.
* Hipertensión etapa 1: 130-139 mm Hg sistólica o 80-89 mm Hg diastólica.
* Hipertensión etapa 2: 140 mm Hg o más sistólica o 90 mm Hg o más diastólica.
> Patología silenciosa
Lo curioso de esta patología y por lo cual se debe estar atentos, es que suele ser silenciosa: no presenta síntomas evidentes hasta que alcanza un estadio avanzado. En estos casos, aclaran desde la Universidad de Harvard, puede aparecer dolor de cabeza, fuertes latidos del corazón, mareos e incluso que la visión se torne borrosa.
Por lo tanto, Alejandro Andersson, médico neurólogo y director del Instituto de Neurología de Buenos Aires, destaca la importancia de un diagnóstico temprano ya que de lo contrario la hipertensión puede dañar algunos órganos tales como el cerebro, ojos, corazón, riñones, arterias alrededor del organismo y así, aumentar las probabilidades de sufrir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular ya que se dañan los vasos sanguíneos del cerebro entonces elevan las chances de que se obstruya o rompa alguna arteria.
> Cuatro frutas que reducen la hipertensión arterial
Hay frutas y verduras que se destacan por sobre las demás. No obstante Bragagnolo aclara que las personas que sufren insuficiencia renal deben tener especial cuidado en no excederse con la ingesta de potasio ya que corren riesgo de no poder depurarlo de la sangre y sufrir problemas cardíacos, náuseas y debilitamiento corporal.
1. Banana
Esta fruta se conoce por ser una importante fuente de potasio, aloja una variedad de nutrientes que le aportan beneficios al organismo. “Una banana (100 gramos) contiene aproximadamente 100 calorías y 25% de hidratos de carbono”, revela el especialista. Y agrega que otro de los puntos destacados y lo que la hace realmente noble, es que casi no posee grasas, proteínas ni colesterol.
Según otro informe de la Universidad de Harvard, gracias a su elevado nivel de potasio, promueve la regulación sanguínea y protege el aparato cardiovascular ya que combate el efecto negativo de la sal en el organismo y cuando ello ocurre se desinflaman las paredes de los vasos sanguíneos, disminuye la presión arterial y se contrarresta el desarrollo de patologías cardíacas tales como accidentes cerebrovasculares, infartos y trombosis.
2. Tomate
El tomate contiene fitoquímicos, compuestos naturales con efectos beneficiosos para la salud. No sólo reducen la hipertensión arterial, también disminuyen las chances de desarrollar otras enfermedades crónicas tales como las neurodegenerativas y las cardiovasculares. Es importante comerlo solo, tal cual está, sin sal agregada, o en caso de requerirlo, se le puede sumar sabor a partir de especies, de los contrario “perderá su cualidad antihipertensiva”.
3. Manzana
La manzana es un alimento noble, completo e ideal para mantener en equilibrio las funciones vitales del organismo. Tiene alto contenido de agua: entre un 80 y 85% de su composición es líquido, por lo que aporta una excelente hidratación. Es fuente de potasio. Por lo tanto es clave para los que padecen presión alta. Para evitar que pierda sus nutrientes hay que comerla cruda y fresca.
4. Naranja
La naranja se caracteriza por ser fuente de vitamina C, un micronutriente esencial que colabora en el correcto funcionamiento del sistema inmunológico. Pero lo que poco se dice es que también es rica en potasio: 100 gramos de este alimento contiene unos 181 miligramos de potasio, así, este cítrico se convierte en un aliado para las personas hipertensas.
Por Melanie Shulman
–REC —
Factores de riesgo
Al igual que en toda patología crónica, la licenciada en Nutrición, Estela Mazzei (M.P: 6371), explica que parte de sus causas son producto de algunos factores de riesgo no modificables como la genética o la edad. Por otro lado, precisa que la hipertensión arterial se puede desencadenar a partir de cuestiones relacionadas con los malos hábitos tales como la alimentación, el sedentarismo y el tabaquismo, “aunque se trata de costumbres que se pueden modificar”, señala.