Cuando acontecieron los sucesos de mayo en Buenos Aires, en nuestra provincia el gobierno era esgrimido por españoles y criollos, si bien como en el resto del Virreinato del Río de la Plata, los principales cargos estaban reservados a los peninsulares. Pese a esto ningún sentimiento antihispanista se advertía en la diaria convivencia. En general, como expresan los historiadores locales, en San Juan se vivía un clima socialmente apacible, sin mayores sobresaltos. Los sanjuaninos estuvieron totalmente ajenos a aquella agitación política que se estaba viviendo en Buenos Aires, en la denominada Semana de Mayo.

Así estaban las cosas, cuando llegaron a Mendoza, el 13 de junio, las noticias de la constitución de la célebre Primera Junta de Gobierno y la cesación del Virrey Cisneros en su cargo. San Juan, a 160 kilómetros de Mendoza, separado por un camino inhóspito y de difícil recorrido, recién tuvo referencias de los hechos porteños el viernes 17 de junio, a través del correo común, aunque algunas versiones históricas indican que posiblemente las noticias se hallan conocido antes, a modo de rumor, traídas por un particular no identificado. Lo cierto es que los informes llegados el 17 eran un relato minucioso de los diferentes hechos, pidiendo finalmente la adhesión al nuevo gobierno y la elección de un diputado. Paralelamente llegaba otro despacho desde Córdoba, donde se indicaba no adherir al alzamiento porteño, argumentando que carecía de legalidad. Ante esta situación las dudas y la perplejidad calaron en las autoridades locales, decidiéndose actuar con mesura. Por esta razón se envió un emisario a Mendoza para averiguar cómo se había procedido. El 26 de junio regresó el mensajero con la novedad de que nada se había resuelto y que la opinión estaba divida entre juntistas y antijuntistas. Fue entonces, como expresa Juan Rómulo Fernández y Horacio Videla, que aparecieron en las paredes de la ciudad unos cueros pelados, con la llamativa leyenda “…gobernarás Cisneros, cuando le salga lana a este cuero…”. Esta especie de panfletos revolucionarios para algunos historiadores solamente fue una tradición popular, sin verosimilitud histórica.

Finalmente el Alcalde de primer voto, don Plácido Fernández Maradona, citó a un cabildo abierto para el 7 de julio. A la asamblea asistieron los vecinos más representativos, aunque faltaron las personalidades más relevantes, tal el caso de Fray Justo Santa María de Oro, quien no se encontraba en San Juan. Luego de un arduo debate el cabildo sanjuanino se pronunció por el nuevo gobierno. Dos días después fue electo diputado “el señor regidor alférez real don José Ignacio Fernández Maradona, por 33 cédulas que salieron a su favor…”. El electo diputado llevó la consiguiente representación de Jáchal, Valle Fértil y Mogna. Finalmente, de acuerdo lo apuntado por el Dr. Fernando Mó, “San Juan fue el segundo de los pueblos del interior que se expidió sobre la circular fechada en Buenos Aires el 27 de mayo, recibida por el cabildo sanjuanino el 17 de junio”.

Por el Prof. Edmundo Jorge Delgado
Magíster en Historia