Resulta al menos llamativo, tal vez fruto de lo que realmente somos detrás de las apariencias, el comportamiento de buena parte de la dirigencia argentina. Y no estamos refiriéndonos sólo a la política. Analizar lo que pasa en un país que enalteció lo personal sin compromisos con el resto de la sociedad, donde auto destacarse se convirtió en sinónimo de logro a conquistar a lo que sea, exhibe como resultado grotescas exigencias frente a lo que piensan va a ocurrir.
Las grandes inversiones van a llegar porque sí dada la nueva demanda mundial de cobre, tenemos el RIGI y grandes yacimientos: con eso ya está. Creen que es una especie de obligación global invertir grandes capitales en nuestro país. Que es un tema menor conseguir los dineros que se necesitan para terminar de definir reservas y recursos en los depósitos minerales con más información, presentar y lograr una aprobación completa de la Declaración de Impacto Ambiental, conseguir el financiamiento, resolver la falta de logísticas, construir una mina y empezar a producir.
Problemas de Nación y provincias
Ni en la Nación ni en las provincias parecen entender bien que la actividad minera es muy distinta a los tiempos en que se concretan los negocios en la producción de granos, carnes o lácteos. Siempre en minería los periodos son más extensos. Viéndolo desde la política, un proyecto en etapa de exploración avanzada hasta que entre en producción, desfilarán distintos gobernadores y presidentes.
Los Sanjuaninos deberíamos saberlo, en 1974 la prensa local anunciaba en grandes titulares que ese año comenzaba la producción de cobre de la mina Pachón. ¿A nadie se les ocurrió 50 años después, reflexionar sobre que sucedió? ¿Concluir que hay cosas que debemos resolver primero para que no tener que esperar 50 años más?
La competitividad es madre de la Inversión, y la Seguridad Jurídica de la confianza que debemos recuperar. No fue gratis violentar disposiciones de una ley con una simple resolución. Sin embargo eso parece no estar en la lista de quienes sueñan y se suben a un tren que sigue varado en la estación, pues las vías se deben colocar.
Ni en la Nación ni en las provincias parecen entender bien que la actividad minera es muy distinta a los tiempos en que se concretan los negocios en la producción de granos, carnes o lácteos. Siempre en minería los periodos son más extensos. Viéndolo desde la política, un proyecto en etapa de exploración avanzada hasta que entre en producción, desfilarán distintos gobernadores y presidentes.
El RIGI no debió tener tiempo de finalización
Desde el Grupo Sarmiento venimos señalando que el RIGI no debió tener tiempo de finalización: Silencio. Qué debemos pasar a regalías progresivas y móviles imitando a los países productores de la región: Silencio. Que el objetivo de no gastar más de lo que ingresa saliendo de cepos cambiarios para convertirnos en una administración normal y creíble hacia adelante: Silencio de la oposición. Que los resultados económicos extraordinarios que representan inversiones de miles de millones de dólares para una provincia ameritan que un RIGI provincial mejore la competitividad aumentando las posibilidades de ser exportadores del rojo mineral: Silencio.
Eso sí, Primero Yo. Estamos viendo como en las provincias productoras de recursos naturales, sin distinción, aparecen junto a gobernadores, empresarios pidiendo cupos para ellos mismos. Ni una frase referida a la necesaria competitividad de los bienes y servicios a proveer, las exigencias tecnológicas que llegan de la mano del conocimiento, automatización y la Inteligencia artificial, de las capacidades necesarias frente a una demanda que será descomunal.
Verdadero orgullo regional
¿Qué hubiese sido de Veladero si esas exigencias hubiesen sido un prerrequisito previo a su construcción? Los verdaderos empresarios de San Juan, esos que hoy proveen a la industria minera incluso más allá de San Juan, los que se expanden a nivel internacional señalan un camino, son el verdadero orgullo regional. No trataron de saltar etapas, no necesitaron intermediarios. Fue su visión sobre nuevos negocios, adaptación, tecnificación y financiamiento local lo que los convirtió en indispensables y confiables aliados de empresas en producción.
La mano de obra local y los verdaderos empresarios resultarán escasos para cubrir demandas si somos capaces de lograr que el cobre arranque. Eso es puro sentido común. Exigir porcentajes habla de una verdadera debilidad, de no entender que la capacitación en el primer caso y la provisión de bienes y servicios de alta calidad a precios de mercado es algo que no se puede esquivar. Tal vez algunos malos recuerdos inspiren la búsqueda del atajo político, planteando el: No me importa nada, Primero Yo.
Por el geólogo Horacio Puigdomenech,
el M. Sc. Silvio Pastore y el Ing. Mario Capello