En el mundo existen los gobiernos de países dominados por el narcotráfico denominados “narcoestados”. De ahí para abajo, todos los niveles de la sociedad mundial están contaminados con el crimen organizado. Desde las últimas décadas del siglo pasado, el narcotráfico era localizado en ciertos países productores de cocaína como Colombia, Perú y Bolivia en Sudamérica, a los que se fueron sumando como productores aquellos que sólo eran países “de paso”, como Argentina. Pero en este nuevo siglo el narcotráfico y con ello la violencia y asesinatos aumentaron de manera exponencial en casi toda Latinoamérica, Europa, Asia y Estados Unidos como el mayor consumidor, según distintas estadísticas de organismos internacionales.

“Pandemia narco”

Con el alto volumen de dinero que manejan estas organizaciones compran voluntades en todos los niveles de la sociedad, desde gobiernos, legisladores, funcionarios de justicia, fuerzas de seguridad, empresarios, sindicalistas y todo aquel que tiene alguna cuota de poder. El narcotráfico se ramifica hasta llegar a todos los rincones de la población.

La pregunta que en los distintos países se hacen es cómo se lucha contra este drama de maldad, crimen y miseria moral. Algunos especialistas hablan de que esta guerra debe afrontarse con la participación de todos los gobiernos del mundo. Pero la cuestión que algunos gobernantes corruptos se financian de las ganancias que les otorga el narcotráfico como se afirma sobre Venezuela y Corea del Norte, entre otros que se inclinan a la seducción de la dictadura y el gobierno eterno.

Estas autocracias se aferran al poder con las ganancias que les brindan los capos narcos y estos tienen vía libre para comerciar la mercancía de la muerte en la sociedad.

La situación en el país

Rosario es donde se asentó desde hace varios años el crimen organizado del narcotráfico en Argentina. Hasta esa ciudad llega la “mercadería” desde centros de producción que están en Bolivia, Paraguay, Perú y Colombia. Allí también está el segundo puerto más grande del país desde donde se embarca la droga rumbo a Europa, principalmente, según manifestaron desde el gobierno.

Algunos expertos dicen ante el periodismo que no sólo hay que mirar a los sicarios y los que venden droga al menudeo, sino a los “peces gordos” que viven en sectores exclusivos y que manejan múltiples empresas como inmobiliarias y otros emprendimientos donde lavan el dinero del narcotráfico. Es en esos sitios donde se supone que comenzará a caerse el negocio narcocriminal que arruina a toda la sociedad, ya sea de una localidad, provincia y país.

Operaciones exitosas

Hace unos días condenaron a 3 salteños que llevaban 76 kg de cocaína desde Mendoza a Córdoba. Los atrapó Gendarmería en la localidad sanjuanina de El Encón. Allí, uno de ellos buscó coimearlos. Les dieron 6, 5 y 4 años por el delito de transporte.

Hubo tres detenidos, se incautaron armas y municiones, 3,4 kilos de cocaína y 11 gramos de marihuana, 130.220 pesos argentinos y 810 dólares, balanza y teléfonos celulares.

En el Operativo “Calador caído”, la Policía Federal desarticuló una red de narcomenudeo que operaba en el AMBA y detuvo a 13 personas en una serie de operativos realizados en CABA y Gran Buenos Aires, son algunos de los registrados en los últimos días.

Responsabilidad social

El pequeño, pero inmenso granito de arena lo aporta a la sociedad la familia. Porque si no hay comprador, por más que se quiera vender, el negocio es un fracaso. Las fiestas electrónicas como otro tipo de reuniones juveniles son el caldo de cultivo para quienes venden drogas sintéticas. Ahí está también la decisión de los jóvenes de negarse a comprar droga como también las fuerzas de seguridad y judiciales de actuar contra organizadores de espectáculos donde se sabe que se vende.

La lucha contra el narcotráfico puede que lleve tiempo vencerla, pero también es cierto que es responsabilidad de todos combatirlo.

Por José Correa
DIARIO DE CUYO