Mientras aumenta la presión internacional por un recuento transparente y verificable de los votos de las elecciones del domingo en Venezuela, los presidentes de izquierda de América Latina se dividen. De un lado, Gabriel Boric fue el primero en pedir “total transparencia de las actas y el proceso”, después de hacer públicas sus dudas sobre el resultado informado por el Consejo Nacional Electoral (CNE). México, Brasil y Colombia se sumaron a Chile y pidieron esperar a los resultados definitivos, mientras que países como Bolivia, Nicaragua y Honduras felicitaron a Maduro por su “inobjetable triunfo”.
El politólogo José Natanson, autor de “Venezuela. Ensayo sobre la descomposición” (Debate, 2024), analiza cómo el “fracaso de Venezuela” de estos últimos años impacta sobre la izquierda de América Latina.
“Hay una izquierda nostálgica que cree que Venezuela sigue en la etapa de Hugo Chávez y actúa como si eso fuera cierto”, dice el director de Le Monde Diplomatique, en su edición Cono Sur, que mira el desgaste del chavismo de la última década.
Mientras países como Brasil, México y Colombia esperan una “auditoría de carácter independiente”, la Cancillería venezolana denunció “declaraciones y acciones injerencistas” por parte de Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay y exigió el “retiro de manera inmediata” de su personal diplomático. También ordenó el retorno de los representantes venezolanos en esos siete países de América Latina.
José Natanson habló sobre Venezuela:
– ¿Qué lectura haces del anuncio del CNE sobre los resultados en Venezuela?
– Hasta ahora, tenemos la declaración del titular del CNE que dice que Maduro ganó las elecciones. Para que esa declaración se convierta en un resultado verificable faltan los datos desagregados por mesa y por centro de votación.
– La desconfianza en el sistema electoral se centraron en el recuento. ¿Qué pasó?
– Hasta ahora, el chavismo había cometido muchísimas irregularidades. Había inhabilitado candidatos, les había impedido que viajen en avión, vimos detenciones políticas y hasta llegó a cerrarles el hotel donde se hospedaban a los candidatos opositores.
Pero esta vez, son las sospechas expresadas por algunos líderes- el chavismo cruzó una línea que hasta ahora no había pasado.
Todavía no están, por eso hay que ser cautelosos.
– En tu libro, defines al gobierno de Nicolás Maduro como un “autoritarismo caótico”. ¿Podrías explicar esta definición?
– El proceso de giro autoritario en Venezuela no fue un proceso que se diseñó a partir de una hoja de ruta revolucionaria, ni nacionalista, ni de ningún tipo. No es como el proceso soviético o el chino.
En Venezuela se dio por medio de una acumulación de decisiones tácticas que han ido llevando hacia un autoritarismo caótico.
Al menos hasta ahora, Venezuela no era una dictadura en un sentido clásico.
– ¿Hay riesgo de fractura interna?
– Las Fuerzas Armadas están tan disciplinadas con el gobierno que es muy difícil pensar en un quiebre vertical de los militares.
Puede haber disidencias -de hecho hay más de 100 militares detenidos en el Helicoide porque se intentaron rebelar- pero no vemos un quiebre masivo al interior del gobierno, porque todos están implicados en esto.
– ¿Cómo ves la reacción de la izquierda de América Latina?
– La izquierda en la región está dividida, no sabe qué hacer con esta criatura indescifrable que es el chavismo.
Hay una izquierda nostálgica que cree que Venezuela sigue en la etapa de Chávez y actúa como si eso fuera cierto.
Puedo entender que figuras como Evo Morales se sientan agradecidos con el chavismo. También está el caso de Cuba y Nicaragua, que no les importa el carácter democrático y que necesitan a Venezuela.
Por otro lado, están los nuevos líderes de la izquierda latinoamericana, como Gabriel Boric y Gustavo Petro, que reconocen que lo que pasa en Venezuela es diferente a los primeros años de Chávez. Y creo que Lula da Silva, Pepe Mujica y Andrés Manuel López Obrador lo entendieron después de algunas idas y vueltas.
– ¿Qué capacidad tiene la comunidad internacional de incidir en lo que está pasando?
La capacidad de incidencia de Brasil y de Estados Unidos hoy es muy limitada. Si no pudieron con Maduro en 2017, hoy que Venezuela recuperó la producción petrolera, que ya reformó su sistema de alianzas con China, Rusia, Turquía, Irán, Cuba, no creo que pase gran cosa
– Desde que asumió Maduro en 2013, el recurso de la ambigüedad se convirtió en una estrategia para ganar tiempo. ¿Es solo para permanecer en el poder?
– Yo creo que no haber difundido los resultados va en esa línea. El objetivo es tan simple como mantenerse en el poder, porque el costo de salida para Maduro es muy alto por más reaseguro que tenga con el control de la Asamblea, el control del Tribunal Supremo de Justicia, el control de las Fuerzas Armadas…es altísimo.
Para mí, siempre hubo algo raro en esta idea de que las cosas ahora iban ser distintas. Esto de creer que finalmente Maduro perdería las elecciones, aceptaría una derrota y saldría del poder de manera pacífica.
> Crecen las protestas contra Nicolás Maduro
La oposición de Venezuela dijo que tenía pruebas del recuento de votos que había ganado las elecciones reclamadas por el presidente Nicolás Maduro, en un momento en que estallaban protestas antigubernamentales en todo el país, con la policía disparando gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes en Caracas.
El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social dijo que “se han reportado numerosos actos de represión y violencia llevados a cabo por colectivos paramilitares y fuerzas de seguridad”.
> Pruebas de la victoria
El Consejo Nacional Electoral (CNE) dijo que Maduro había ganado un tercer mandato como presidente con el 51% de los votos, extendiendo un cuarto de siglo de Gobierno socialista. Pero la oposición dijo que el 73% de las actas de votación a las que tiene acceso mostraban que su candidato Edmundo González había obtenido una victoria inatacable, ganando más del doble de votos que Maduro.
Encuestadoras independientes calificaron de inverosímil la victoria de Maduro y Estados Unidos y otros países pusieron inmediatamente en duda los resultados y pidieron una tabulación completa de los votos.
Por Ayelén Oliva Role
BBC News Mundo