Se sabe que el uso diario a largo plazo de la aspirina previene el cáncer de colon, pero hasta ahora no estaba claro por qué. Ahora, los investigadores creen entender cómo actúa la aspirina contra el cáncer de colon, según un nuevo estudio.
La aspirina parece potenciar aspectos de la respuesta inmunitaria del cuerpo contra las células cancerosas, según los hallazgos, que se publicaron en la edición del 22 de abril de la revista Cancer.
“Nuestro estudio muestra un mecanismo complementario de prevención o terapia del cáncer con aspirina, además de su mecanismo farmacológico clásico que implica la inhibición de la inflamación”, señaló el investigador principal, el Dr. Marco Scarpa, cirujano general de la Universidad de Padua, en Italia.
En el estudio, los investigadores obtuvieron muestras de tejido de 238 pacientes que se sometieron a cirugía por cáncer de colon entre 2015 y 2019. De ellos, alrededor de un 12 por ciento eran usuarios de aspirina.
Las muestras de tejido de los usuarios de aspirina mostraron una menor propagación del cáncer a los ganglios linfáticos, y una actividad más agresiva de las células inmunitarias contra los tumores, señalaron los investigadores.
En los pacientes con cáncer rectal, los usuarios de aspirina tenían una expresión más alta de CD80 en el tejido sano, lo que sugiere que la aspirina mejora la capacidad del sistema inmunitario para buscar y destruir las células cancerosas, señalaron los investigadores.
El siguiente paso será encontrar una forma de hacer que la aspirina penetre más profundamente en el intestino, para mejorar sus efectos anticancerígenos, dijo Scarpa.
“La aspirina se absorbe en el colon por difusión pasiva en un grado significativo”, dijo Scarpa, por lo que “si queremos aprovechar sus efectos contra el cáncer colorrectal, debemos pensar en cómo garantizar que la aspirina llegue al tracto colorrectal en dosis adecuadas para que sea efectiva”.
Nuevas vías de tratamiento contra el Covid-19
Una investigación liderada por el Instituto de Biomedicina de Sevilla, en España, abre nuevas vías de tratamiento para el Covid-19 con una terapia capaz de inhibir de forma selectiva los efectos perjudiciales de una proteína que aumenta en sangre durante el coronavirus, preservando sus propiedades protectoras.
La proteína IL-6 fue considerada desde el principio de la pandemia una de las responsables de la inflamación exacerbada y, por tanto, una de las principales dianas a inhibir para frenar la enfermedad. Sin embargo, aunque esta proteína tiene funciones perjudiciales, también juega un papel en la defensa frente a las infecciones.
Los fármacos usados hasta ahora inhibían la acción de esta proteína de forma global (tanto sus efectos perjudiciales como los protectores), con resultados “controvertidos” y con un aumento del riesgo de co-infecciones en los pacientes, explicó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España.
Los resultados del trabajo ayudan a conocer el origen y la progresión de la enfermedad y abren nuevas posibilidades para el desarrollo de terapias más específicas para la covid-19 y sus consecuencias a largo plazo.
Este hallazgo abre nuevas vías de tratamiento para las consecuencias de la infección por SARS-CoV-2 a corto y largo plazo (síndrome post-covid o covid persistente).
Por Dennis Thompson
HealthDay Reporters – The New York Times
Fuente: Sociedad Americana Contra El Cáncer