La vicepresidenta Kamala Harris no perdió tiempo en lanzar su campaña presidencial para 2024, buscando el apoyo de sus compañeros demócratas con el respaldo del presidente Joe Biden después de que este se retirara de la carrera ante la inquietud por su edad y su salud. Responsables y socios de campaña de Harris hicieron cientos de llamadas en su nombre el domingo, instando a los delegados a la convención del Partido Demócrata del próximo mes a apoyar su nominación a la presidencia en las elecciones del 5 de noviembre frente al republicano Donald Trump. Múltiples fuentes dijeron que las llamadas, destinadas a bloquear a posibles aspirantes demócratas, comenzaron casi inmediatamente después de que Biden, de 81 años, abandonara la carrera. Al mismo tiempo, presidentes de los partidos estatales demócratas respaldaron a Harris en una llamada telefónica, según dijeron varios participantes. Harris habló con el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, posible compañero de fórmula para la vicepresidencia, con el líder demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, y con el presidente del Caucus Negro del Congreso, el representante Steven Horsford, dijo una fuente familiarizada con el asunto.

Harris, una mujer de 59 años, negra y de ascendencia asiática, crearía una dinámica totalmente nueva con Trump, de 78 años, ofreciendo una clara línea divisoria generacional y cultural. Estados Unidos aún no ha elegido a una mujer presidenta en sus 248 años de historia. “Harris será más fácil de batir que Joe Biden”, afirmó Trump en la CNN poco después del anuncio de Biden.

Biden, la persona de más edad que ha ocupado el Despacho Oval, dijo que seguiría en la presidencia hasta que termine su mandato el 20 de enero de 2025, al tiempo que respaldó a Harris para que se presente a las elecciones presidenciales en su lugar. La Casa Blanca dijo que Harris pronunciaría un discurso el lunes en un evento de celebración de los equipos campeones universitarios 2023-24 de la NCAA.

> Retirada de Biden
Ante las crecientes dudas sobre su agudeza mental, Biden es el primer presidente en ejercicio que renuncia a la nominación de su partido para la reelección desde el presidente Lyndon B. Johnson durante la guerra de Vietnam en marzo de 1968.

La retirada de Biden deja a su sustituto con menos de cuatro meses para hacer campaña. Destacados demócratas, entre ellos posibles contrincantes de Harris como el gobernador de California, Gavin Newsom, respaldaron de inmediato a la vicepresidenta. “Mi intención es ganarme esta nominación”, dijo Harris en un comunicado. “Haré todo lo que esté en mi mano para unir al Partido Demócrata y unir a nuestra nación para derrotar a Donald Trump”.

Con los demócratas adentrándose en territorio desconocido, el presidente del Comité Nacional Demócrata, Jaime Harrison, dijo que el partido anunciaría pronto los siguientes pasos en su proceso de nominación. Lo cierto es que la retirada de Biden ha vuelto a remodelar una contienda por la Casa Blanca convulsionada en repetidas ocasiones durante el último mes. El 27 de junio, la mala actuación de Biden en un debate con Trump llevó a muchos demócratas a instarle a abandonar. Después, el 13 de julio, un hombre armado intentó asesinar al expresidente Trump.Y la semana pasada, Trump nombró al senador republicano de línea dura J.D. Vance, de 39 años, como su compañero de fórmula para la vicepresidencia.

Exfiscal general de California y exsenadora de Estados Unidos, Harris se presentó sin éxito a la candidatura presidencial del Partido Demócrata en 2020. Biden ganó la nominación, eligió a Harris para ser su vicepresidenta y se impuso a Trump.

Harris se ha manifestado abiertamente a favor del derecho al aborto, un tema que resuena entre los votantes más jóvenes y los progresistas. Se espera que se ciña en gran medida al manual de política exterior de Biden en cuestiones como China, Irán y Ucrania, pero podría adoptar un tono más duro con Israel en relación con la guerra de Gaza si encabeza la candidatura demócrata y gana las elecciones de noviembre.

Por Nandita Bose, Jarrett Renshaw y Jeff Mason
Agencia Reuters