Invertir puede sentirse como subirse a una montaña rusa: un día te sientes en la cima del mundo, y al siguiente, parece que te lanzan en picada. Pero, ¿sabes qué? Esa montaña rusa no tiene que ser tan dramática. Detrás de las cifras, gráficos y titulares de terror, el éxito en la inversión no solo se trata de ser un genio de los números, sino de aprender a manejar tus emociones como todo un profesional. Porque sí, aunque no lo creas, las emociones son las verdaderas protagonistas de la historia financiera.
El mítico Benjamin Graham, autor del famoso “El Inversor Inteligente”, dejó caer una frase que todo inversor debería tatuarse: “El mayor enemigo del inversor probablemente sea él mismo”. Traducción: no importa cuántos gráficos analices si al final del día tu miedo o codicia toma el volante. El “Sr. Mercado” -esa figura imaginaria que Graham inventó para describir los altibajos diarios del mercado- a veces parece bipolar, y si te dejas llevar por su mal humor, las emociones pueden hacer que tomes decisiones que tu cuenta bancaria lamentará.
Durante la crisis económica de 2008, el pánico se apoderó de todos: inversores corriendo como si hubiera fuego, vendiendo a lo loco con tal de rescatar lo poco que quedaba. Pero, los que supieron mantener la calma y no sucumbieron a la histeria no solo evitaron desastres, sino que luego se subieron al tren de la recuperación. Y ahí estaba Warren Buffett, todo tranquilo, comprando acciones como quien compra en rebajas. Su secreto: temperamento de acero. Lo que nos enseña una vez más que, en el mundo de las inversiones, lo que importa no es únicamente cuánto sepas, sino cuánto puedes mantener la calma cuando todo parece ir mal.
> Mantener la calma
Aquí va el truco: tener paciencia y mantener la calma puede ser tu superpoder en este mundo. Es tentador dejarse llevar por la emoción cuando el mercado está en su pico más alto o salir corriendo cuando parece que todo se desmorona. Pero las inversiones no son un sprint, son un maratón. Y en esa carrera, el mercado tendrá sus altibajos, ¡es parte de su ADN! Las caídas pueden doler, claro, pero si se mantiene la cabeza fría y no te dejas arrastrar por el pánico o la euforia, vas a estar un paso adelante.
Ahora remitámonos a marzo de 2020. El mundo en caos, los mercados cayendo en picada y muchos vendiendo en pánico como si no hubiera un mañana. ¿Qué pasó después? Una de las recuperaciones más rápidas de la historia del mercado.
> La actitud correcta
Quienes no se dejaron llevar por el pánico vieron cómo sus inversiones resurgían como el ave fénix. Es una lección clarísima: las emociones mal gestionadas pueden costarte mucho más que unos pocos dólares.
Entonces, ¿cómo dominar tus emociones en este juego? Aquí va la fórmula: ten un plan de inversión claro y nos apeguemos a él, pase lo que pase. Graham lo decía bien: “Invertir con éxito es gestionar el riesgo, no evitarlo”. Diversifica, establece metas a largo plazo y, lo más importante, pon en mute al caos mediático que busca meterte miedo o venderte la euforia del momento. Así, estarás en control de tu inversión y no al revés.
Por Gerónimo Melqui
Licenciado en Administración de Empresas