La devoción por la Inmaculada Concepción de María surgió en San Juan a mediados del siglo XVII con la llegada de una imagen de la Virgen a la casa de una familia sanjuanina. El lugar se convirtió en una especie de oratorio para los vecinos, que al igual que el resto de los pobladores tenían que ir hasta la Ciudad para rezar, ya que todas las iglesias estaban concentradas allá.

Con el transcurrir de los siglos, el amor por la Madre de Dios fue creciendo. Es que en esta fecha especial del 8 de diciembre, se recuerda que la Virgen María, Madre de Jesús, fue preservada del pecado original desde el momento mismo en que fue concebida. Es un dogma de fe establecido por el papa Pío IX al proclamar la bula Ineffabilis Deus (Dios inefable). En 2021, el papa Francisco recordó el momento en que el ángel San Gabriel le anuncia a María que sería la Madre de Dios y destacó que la llama “llena de gracia”, lo cual significa, según el Papa, que “la Virgen está vacía de maldad, sin pecado, Inmaculada”.

Sarmiento y la reconstrucción
Por la devoción de los sanjuaninos, la pequeña iglesia donde se la honraba, fue nombrada subparroquia y en 1819 se convirtió en la segunda parroquia de San Juan allí frente a la plaza del “Pueblo Viejo”. Su primer párroco fue el presbítero José Uribe (1819-1833).

Diversos historiadores relatan que en 1593, debido a las grandes crecidas del río, la iglesia fue trasladada a donde se encuentra hoy: en la esquina noreste de las calles Tucumán y Juan Jufré. Sin embargo, pese a la nueva ubicación, en 1833 una creciente la destruyó por completo. Tuvieron que pasar años para que la comunidad del Pueblo Viejo volviera a tener un templo y fue Domingo Faustino Sarmiento, por aquel entonces gobernador, el que promovió su reconstrucción.

El nuevo edificio era casi todo de adobe. Tenía una torre con campanario y reloj y una recova con arcadas, rematada por un frontón triangular. El templo fue refaccionado en 1920 y en esa oportunidad se construyó un imponente campanario de cemento de 25 metros de alto.

La segunda caída
La Iglesia fue destruía por segunda vez con el terremoto del 15 de enero de 1944. El 7 de diciembre de 1971, en vísperas del Día de la Virgen, celebración que cada año convoca a cientos de fieles en la iglesia de Concepción, fue inaugurado el nuevo templo. Ese día fue una verdadera fiesta. Una multitud asistió a la ceremonia en la que el Nuncio Apostólico, monseñor Lino Zanini bendijo el templo junto al arzobispo de San Juan de Cuyo, Idelfonso María Sansierra. El 8 de diciembre de 1977, fue elevado a la categoría de Santuario Arquidiocesano de San Juan Inmaculada Concepción de María.

La celebración
Todos los 8 de diciembre, miles de fieles se reunían en la madrugada para participar de la tradicional procesión que se iniciaba en el microcentro sanjuanino y terminaba en el templo de Concepción. Esta tradición se mantiene intacta.

Los peregrinos llegan de distintos puntos de la provincia para acompañar el andar de la Virgen. Al finalizar la procesión, con la llegada de la Inmaculada al templo, se celebra una misa, para la que es necesario trasladar el altar a la calle, debido a la cantidad de fieles que participan de ella. Las celebraciones se repiten por la tarde.

En la provincia hay varios templos dedicados a honrar a la Inmaculada Concepción de María, donde también se celebran novenas y procesiones en su honor debido a la distancia, como en Jáchal, 25 de Mayo, entre otras.

Por José Correa
DIARIO DE CUYO